Bases militares estadounidenses en Latinoamérica (3)
Publicado: 13/01/2023 08:00 PM
Es una invasión. En al
menos cinco países de América Latina hay
presencia permanente de militares estadounidenses asentados en bases y en
otros tantos hay participación o inversión de las fuerzas armadas de Estados Unidos, principalmente con la
excusa de luchar en contra del narcotráfico.
De acuerdo al informe más
reciente publicado en 2015 del Departamento
de Defensa Estadounidense, llamado Base Structure Report y revisado
por los periodistas Diego Pérez Damasco y María García, los países que cuentan
con bases militares estadounidenses instaladas son Cuba (Guantánamo), Honduras,
El Salvador, Colombia y Perú. Sin
embargo, en el informe también se menciona algún tipo de participación militar
en Costa Rica.
Presencia
en Centroamérica
La región ha tenido
importancia geopolítica para Estados
Unidos, lo cual se evidenció con mayor fuerza durante la Guerra Fría. Sin embargo, hasta la fecha
en Honduras y en menor medida en El Salvador hay presencia militar de Estados Unidos.
En el caso de Honduras, resulta curioso que la
base militar de Estados Unidos se
encuentra instalada en el país de forma “temporal” desde 1982. La Constitución
Política de ese país prohíbe que se instalen de forma permanente tropas
extranjeras. La utilización del término “temporal” permite justificar
legalmente la existencia de la base, la cual se sospecha que tuvo participación
en el golpe de Estado de 2009, que depuso al entonces presidente hondureño Manuel Zelaya.
El sacerdote Ismael Moreno Coto quien es un líder social catracho,
amigo de la luchadora indígena asesinada Berta
Cáceres y uno de los principales voceros opositores actualmente en ese país, dio una entrevista al portal Distintas
Latitudes en la que expresó que “la presencia del gobierno de los Estados Unidos
es un tipo de intervención que además de militar es política, ideológica y
económica, y en una sociedad como la hondureña caracterizada por la
desigualdad y la falta de oportunidades, la presencia interventora de EEUU, a través de la
militarización o presencia de bases, en lugar de contribuir a atacar las raíces de la
violencia y de la desigualdad, es una especie de bofetada”.
Agregó, además, que “es un
abuso que nos hace ver que el interés del Gobierno de los Estados Unidos no es erradicar los problemas del Pueblo de Honduras, sino tener la mirada en la
propia seguridad del gobierno norteamericano y esa es una manera de decirnos
que nosotros no somos un país llamado a tener nuestra propia soberanía,
autonomía, ni capacidad de decidir, sino que seguimos siendo un patio trasero,
y nuestra determinación está condicionada al gobierno de Estados Unidos”, añadió Moreno,
mejor conocido como el padre Melo.
El informe del Departamento
de Defensa de EEUU señala
que en Honduras las fuerzas armadas
del gigante norteamericano cuentan con 144 activos propios, los cuales ocupan
24.878 metros cuadrados, y tienen un valor total de 207,2 millones de dólares.
En el caso de El Salvador, las fuerzas militares estadounidenses reportan 14 activos en el país, y ocupan 3.615 metros
cuadrados, por un valor de 19,5 millones de dólares.
Llama la atención que en el
Informe
Base Structure Report aparezca Costa
Rica, un país sin ejército. De acuerdo con la información, EEUU tiene un activo en ese país, bajo la categoría de
“otro”, que ocupa 102 metros cuadrados, y tiene un valor de 500 mil dólares.
En 2014, la cadena TeleSur
señaló que la Fuerza Aérea norteamericana tenía una base militar en Liberia,
ciudad del Pacífico Norte costarricense. Tanto la Cancillería como la Embajada estadounidense
en San José desmintieron esa
afirmación. Ante este dato, el portal Distintas Latitudes hizo la consulta
a la representación diplomática en San José:
“En relación con su pregunta sobre el reporte del Departamento de Defensa en el que pareciera que el Gobierno estadounidense
posee una propiedad en el país, en realidad no se trata de una propiedad sino
de un radar que pertenece a Estados
Unidos pero que el Gobierno costarricense utiliza para su seguridad. Este
equipo forma parte de la cooperación en seguridad y en la lucha antidrogas
existente entre ambos países”, dijo a Distintas Latitudes Evelyn Ardón, encargada de
comunicaciones de la Embajada.
Presencia
en Suramérica
Estados
Unidos tiene cerca de 800 bases militares a lo largo del
mundo, de ellas más de 76 en América
Latina. Entre las más conocidas resaltan: 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico,
9 en Colombia y 8 en Perú, concentrándose la mayor cantidad
en Centroamérica y el Caribe.
En agosto y septiembre de 2015 hubo una serie de manifestaciones en Perú debido al aumento de la presencia militar estadounidense en ese país. En ese entonces, se pasaría de 125 militares a 3.200, lo que cual preocupaba a muchos sectores. De acuerdo con el Departamento de Defensa de EEUU, los activos de las fuerzas armadas norteamericanas en Perú tienen un valor de 14,2 millones de dólares. Esta operación se justifica, al igual que lo hace en el resto de América Latina, en la lucha contra el narcotráfico.
El analista e investigador Jim Baer, en un artículo sobre el
incremento de la presencia militar norteamericana en suramérica, señaló que: “Por
más de dieciséis años la política de EEUU
hacia la producción y tráfico de drogas en América
Latina se ha enfocado en una respuesta militarizada. A finales de la década
de 1990, cuando el presidente colombiano Andrés
Pastrana buscó ayuda para una estrategia de combate a las FARC y su relación con la producción de
cocaína, la administración de Bill
Clinton aprovechó la iniciativa para impulsar una estrategia militarizada: El Plan Colombia, como se llamó, trajo
un aumento de tropas estadounidenses a ese país”.
En Colombia, los activos de las fuerzas armadas estadounidenses ocupan
1 mil 105 metros cuadrados y tienen un valor aproximado de 2,9 millones de dólares.
De acuerdo con Baer, la experiencia
del llamado Plan Colombia ha sido
solo parcialmente exitosa en la reducción del narcotráfico. Sin embargo,
considera que la militarización en América
Latina debe ser vista con cautela, pues termina naturalizando y promoviendo
la violencia, como se ve en el Triángulo
Norte de Centroamérica.
Para Baer, hay señales de que América
Latina está buscando combatir el narcotráfico con menor influencia de EEUU. Por ejemplo, Colombia ha parado algunos de sus programas de lucha contra las
drogas en conjunto con la nación norteamericana y Perú se ha acercado a la Unión
Europea en búsqueda para entrenamiento antinarcóticos.
Por su parte, Uruguay ha llevado la delantera en la disminución del tráfico de sustancias, al tratar de combatir el narcotráfico regulando la venta y distribución de marihuana.
REDACCIÓN MAZO / AMELYREN BASABE