¿Existen los cárteles de drogas en EEUU? ¿Cómo operan?
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Publicado: 31/10/2025 05:00 PM
Nadie habla de esto, nadie se
pregunta lo que pasa con la droga cuando llega a Estados Unidos (EEUU) ¿Quién la recibe?
¿Cómo la distribuyen? ¿Por qué no hay grandes cárteles de la droga en EEUU?
La respuesta corta es porque hay muchos pequeños y no los controlan. Una
respuesta más larga podría ser que sí hay grandes cárteles de la droga: se les
llama pandillas carcelarias.
Estas organizaciones
mantienen un férreo control sobre las pandillas callejeras, principales
distribuidores minoristas de drogas en ese país. Las carcelarias, en cambio, brindan protección crucial a los miembros que cumplen condena de estos grupos y los
reclutan entre sus filas. También negocian la relación entre los principales
cárteles de la droga mexicanos y las pandillas callejeras.
La estructura del
narcotráfico en el mercado interno estadounidense es distinta de los modelos
basados principalmente en el tránsito y la producción que se observan en México,
Centroamérica y Colombia. Académicos como Marcelo Bergman,
investigador del centro de estudios mexicano CIDE, asegura que “los
mercados de distribución al igual que los de producción, requieren mucha mano de
obra y un gran número de empleados para traficar las drogas y son organizaciones
altamente compartimentadas, como la red descentralizada de pandillas callejeras
y carcelarias, estas se adaptan mejor a EEUU, ya que un gran número de
grupos pequeños atrae menos la atención de las autoridades que una sola gran
organización”.
Explicó Bergman que, “Washington,
se divide en cuatro grandes zonas, noroeste y suroeste, noreste y sureste. El
noroeste es donde se concentra la principal actividad de la ciudad federal (que
habitan mayoritariamente funcionarios, burócratas, legisladores, diplomáticos,
cabilderos, consultoras, periodistas y espías) y dónde están sus grandes zonas
residenciales, como Foxhall y Georgetown. El sureste es lo
contrario, sobre todo en una zona cerca de los límites con Maryland, que
se llama Anacostia, allí hay barrios donde no se atreve a entrar la
policía y durante mucho tiempo ha existido un acuerdo no escrito entre la
autoridad local y los criminales: a cambio de mantener el noroeste libre de
delitos, Anacostia era de ellos, para todo su negocio de narcomenudeo".
Desde siempre, el narcotráfico
ha sido utilizado en EEUU como una herramienta política y para control
social. Durante la guerra de Vietnam, el Pentágono les daba drogas
sintéticas a los soldados para incrementar su valentía, lo que colateralmente
les produjo menos traumas de combate y mayor violencia que llegó a terminar en
masacres de civiles. También, el uso de drogas dentro de las fuerzas de
seguridad, permitieron el desarrollo de la violencia en los turbulentos finales
de los 60 para mitigar las protestas contra la guerra. Cuando peleaban contra Cuba
y Rusia en Nicaragua, negociaban drogas con las
organizaciones mexicanas a cambio de transportar armas para la contra
antisandinista.
Durante años las drogas han
entrado a EEUU por la frontera con México, subrepticiamente y con
la cooperación de agentes aduanales y de migración. Cientos de funcionarios
federales, estatales y locales han sido detenidos por la Agencia Federal de
Gobierno (FBI) por corrupción, y en 2015, John Ehrlichman, uno de
los principales asesores de Richard Nixon cuando era jefe de la Casa
Blanca, reveló que “la guerra contra las drogas que lanzó el presidente en 1971,
tuvo como motivación la represión de negros y el movimiento contra la guerra,
para ganar la reelección presidencial”.
En EEUU existe un
doble lenguaje cuando de combatir al narcotráfico se trata, donde los enemigos
siempre están fuera y las víctimas adentro. Es cierto que desde
finales de los 90, los cárteles colombianos comenzaron a pagarles a los
cárteles mexicanos en especie el traslado de cocaína a suelo estadounidense,
pero también es cierto que el dinero de esas prácticas convirtió a Miami
en una ciudad de ensueño para muchos, y se empezaron a tejer redes de
distribución en esa nación.
Desde ahí, más de 33 mil
pandillas delincuenciales que operaban en las calles y las prisiones
estadounidenses, y de organizaciones trasnacionales de todo el mundo. Un artículo
de la revista Money Inc., que se especializa en hacer
comparaciones cuantitativas, tiene un recuento histórico de multimillonarios
capos de la droga, en la que hay más estadounidenses que mexicanos.
La Iniciativa Global
contra el Crimen Organizado Trasnacional, que es una organización no
gubernamental con sede en Ginebra, Suiza, con fondos del Departamento
de Estado norteamericano y de la Unión Europea, tiene un índice
mundial entre los rubros menos conocidos de su capítulo estadounidense. Esta organización detalló
que “hay miles de pandillas activas, involucradas en drogas, armas y tráfico
humano, que son violentas. También se mantienen cinco grandes familias que
tienen control en Nueva York, el sur de Nueva Jersey y Filadelfia.
Existen también las pandillas de motociclistas, que operan en el mercado de las
drogas, particularmente transportándolas por las fronteras”.
Añadió Iniciativa Global
que, “además de ser el mayor consumidor de droga del mundo, EEUU tiene el
mercado más grande del mundo de tráfico humano, y el trabajo forzado se da
principalmente en la construcción, servicio doméstico y los sectores de belleza
y agrícolas, mientras que el sexual está en el servicio de acompañamientos,
pornografía y prostitución. El tráfico humano se ha consolidado en la frontera
con México, involucrando a redes criminales domésticas e
internacionales, que pasan a través de los corredores de contrabando, pagando
sobornos a funcionarios de bajo nivel, de migración y aduanas. También es el
principal destino y tránsito para la flora y fauna ilegal. Asimismo, el oro
extraído ilegalmente frecuentemente pasa por Miami en aviones pequeños,
como parte de un mercado más grande de minería ilegal en México, Colombia,
Venezuela, Perú y Guyana. El oro ilegal es legalizado y se
vende en lingotes a corporaciones multinacionales estadounidenses”.
Por otro lado, Raymundo
Riva Palacio, periodista mexicano, explicó que “debido a globalización
de la moneda estadounidense y el número de transacciones a través de sus bancos,
se crea una vulnerabilidad que permite el lavado de dinero, particularmente en
relación con fraudes, narcotráfico, contrabando humano y corrupción. Algunos en
el círculo interno de Donald Trump han sido convictos por lavado de
dinero, mientras que el expresidente ha sido acusado de haberse relacionado con
grupos mafiosos antes de llegar a la Casa Blanca”.
Añadió Riva Palacio
que en EEUU, “el crimen organizado no tiene cabezas visibles, debido a
la cantidad de grupos involucrados, volumen de la actividad, violencia, mercado
e ingresos, sin embargo, han contado con la ayuda de funcionarios que han
permitido el desarrollo de actividades ilícitas, así vimos denuncias sobre
personajes como John Bolton, Michael Cohen, Rudy
Giuliani y Bob Menéndez, por nombrar algunos, quienes han sido
acusados por lavado de dinero, corrupción, tráfico de drogas, oro y personas”.
Ante esto, se deja claro que
el mercado de la droga no se va a terminar, ya que éste mantiene financieramente
gran parte de la economía estadounidense; entonces, no es un problema de
regímenes democráticos o dictatoriales, se trata de dinero, se trata de
recursos, se trata de expoliar países para mantener el manejo del capital
mundial y alimentar su imperio.
AMELYREN BASABE / REDACCIÓN MAZO