Simón Rodríguez, Republicano Radical
Publicado: 03/04/2023 09:41 AM
A Simón
Rodríguez, lo he comenzado a leer con detenimiento, a partir del Diplomado de
Simón Rodríguez - Sentir /Pensar, organizado recientemente, por el Centro
Nacional de Historia y dictado por el filósofo, investigador y escritor Nelson
Chávez. Agradecida de lo aprendido quise compartir con los lectores, las ideas
que vinieron a complementar mi búsqueda por entender a donde quería llegar
nuestro Libertador Simón Bolívar, después de la independencia, ¿cómo era la
sociedad que el aspiraba a construir?, pues bien, pienso que una de sus ideas
más poderosa fue la aspiración de fundar una “República Virtuosa” donde las
virtudes políticas, fueran el eje de la conducta ciudadana y de allí su
propuesta del un nuevo Poder Público: el
Poder Moral, presentado en el Congreso de Angostura en 1819, donde dijo: “Moral
y Luces son los polos de una República”.
El Poder Moral
del Libertador, tendría dos componentes, la cámara de educación popular para
sembrar virtudes y la cámara moral, para la aplicación de correctivos a las costumbres,
una especie de tribunal popular que solo condenaría con penas morales, lo que
podría ser hoy la Contraloría Social.
Sin embargo, yo
sentía la necesidad de seguir indagando sobre la República concebida por Bolívar y efectivamente,
conseguí en este curso sobre Simón Rodríguez, una respuesta importante, a mi
inquietud: El proyecto Robinsoniano de la escuela popular y la economía social,
herramientas con las cuales se realizaria la colonización de América con sus
propios habitantes y evitar una nueva colonización con europeos en nombre del
desarrollo económico.
Es así como
Rodríguez formuló y ensayó, un proyecto visionario para neutralizar el peligro
que nos amenazaba con nuevas formas de colonización, lucho duro el maestro, en
su tiempo fue derrotado, tratado de loco, pero su obra al igual que la del
Libertador, ha quedado iluminando para los tiempos de conciencia americanista y
develación de la barbarie capitalista.
EXPOSITO Y
REVOLUCIONARIO.
Simón Narciso
Rodríguez, nace en Caracas, el 28 de octubre de 1769, y muere en Amotape, Perú
en 1854, donde llegó muy enfermo después de un naufragio de 45 días; su acta bautismal no ha sido publicada, se
sabe que los nombres de los padres están tachados, y en el acta de matrimonio
aparece como expósito, en cuanto al nombre de su padre, según el historiador
Picón Febres Cordero fue Cayetano Carreño pero el historiador Rumazo González
dice que fue Alejandro Carreño, su madre se conoce como Rosalía Rodríguez; tuvo
un hermano, Cayetano Carreño, destacado músico, organista y compositor de
música sacra.
Simón Rodríguez
no se daba bien con su hermano, por diferencias de carácter, lo que provocó en
él quitarse el apellido Carreño y solo usar el de la madre, Rodríguez, según
los historiadores antes mencionados, citando a Arístides Rojas y a Ramón de la
Plaza, dicen que el padre murió temprano y los hermanos Carreño, quedaron bajo
la tutela de un tío, el presbítero y canónigo Juan Rafael Rodríguez, “sacerdote
muy respetado y de gran saber”. Esta tutoría del presbítero Rodríguez resulta
dudosa para algunos historiadores por falta de soporte.
Por
autoformación se ilustró y se convirtió en maestro de primeras letras, y
ejercía en la Escuela de primeras letras de Caracas, actividad que se preocupó
en dignificar, escribiendo unas reflexiones con propuesta para su mejora,
titulada: “Estado
actual de la escuela y nuevo establecimiento de ella”, presentada al
Ayuntamiento de Caracas, el 19 de mayo de 1794, un año después, debido al
deterioro del documento, lo copia de nuevo y lo vuelve a presentar el 1ro de
junio de 1795.
En dichas
reflexiones, decía que la escuela estaba sufriendo muchas limitaciones por no
valorarse “las luces que son
necesarias para no vivir en la ignorancia”, y apreciar que “sus
objetos son los más laudables, los más interesantes: disponer el ánimo de los
niños para recibir las mejores impresiones, y hacerlos capaces de todas las
empresas”. También
resalta la labor del maestro, plantea para ellos la necesidad de mejores sueldo
y estrategias para su formación, por otra parte, hace notar que los artesanos y
los labradores deben ser atendidos porque en los periódicos circulaban
innovaciones que serían de gran provecho para su oficio, igualmente defiende el
derecho de los pardos a la educación entre ellos los mecánicos, quienes en su
mayoría eran pardos. Y plantea el acceso a la escuela también para niños
pardos.
Fue maestro de
Bolívar entre los 9 y 14 años, con quien aplicó teorías educativas orientadas a
educar, desde y para la libertad, entre sus maestros fue Rodríguez, el que más
influyó en su carácter y su formación, estando Bolívar de 14 años, el maestro
se marcha a Europa, huye, por estar implicado en el fallido movimiento
independentista, conocido como la Conspiración de Gual y España, aunque algunos
historiadores no acompañan esa afirmación, Picón Febres Cordero lo afirma a partir de las Memorias del General
O'leary.
Bolívar estuvo
dos veces en Europa, la primera vez en 1799 fue a estudiar, contrae matrimonio
en 1802 con Maria Teresa del Toro y regresa a Venezuela, enviuda a los pocos
meses en 1803 y a finales de ese año regresa a Europa, busca a su maestro en
Viena, enferma de depresión por la muerte de su esposa, su médico alerta a
Rodríguez de que podía morir, entonces le visita con frecuencia, le habla con
afecto y logra hacerle ver, que en la vida de un hombre habían otras cosa por
la que podía ser muy feliz como la dedicación a la ciencias o a la libertad de
los pueblos. Mas adelante viajaron junto desde Francia a Roma, donde en el
Monte Sacro, el Libertador hizo su famoso Juramento:
“Juro delante de usted, juro por el dios
de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por la Patria, que no
daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta romper las cadenas que nos
oprimen por voluntad del poder español!.
Este hecho lo
refiere Bolívar en la carta que le dirige desde Pativilca en Perú en el 1824,
cuando se entera que su maestro ha regresado a América y que se encontraba en
Bogotá, entonces, siendo ya un General victorioso, le escribe la referida
carta, donde además se evidencia la significación que para él tenía su maestro,
y en uno de los párrafos le dice:
“ ...Ud. formó mi corazón para la
libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el
sendero que Ud. me señaló. Ud. fue mi piloto, aunque sentado sobre una de las
playas de Europa. No puede Ud. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi
corazón las lecciones que Ud. me ha dado;”
Bolívar admiraba a su maestro como
filósofo y educador y lo invita a Perú, a trabajar con él para ayudarlo a hacer
las transformaciones sociales requeridas para forjar la nueva sociedad, basada
en la igualdad, la libertad y la justicia, las dificultades políticas de los
tiempos lo impidieron. Sin embargo, su obra está escrita y está siendo
apreciada cada vez más como lo que es, la obra de un filósofo y educador de
ideas originales pensadas por un americano para hacer una América Republicana, desde
su realidad y su especificidad social, civil, moral y económica.
EL FILÓSOFO
Nos acostumbramos a escuchar decir,
Simón Rodríguez el maestro del Libertador, pero al acercarnos al personaje
descubrimos su condición de filósofo de ideas originales, innovando a partir de
las ideas de su época crea, junto al Libertador, un Sistema de Pensamiento
Americano basado en el sentir y su influencia en el modo de pensar, es decir
que la sensibilidad hacia las cosas y las situaciones que nos rodean determinan
el pensamiento, el uso de la razón, o la razón desde el corazón, agregando que
para entender es necesario sentir y desde allí se abre el entendimiento y el
interés por las cosas.
En su filosofía
continúa diciendo, que el sentir está determinado por la percepción de las
cosas que nos rodean, las cuales no están aisladas, sino que a su vez están
influenciadas por las enseñanzas que de ellas nos hacen las experiencias, las
opiniones de la familia, de los amigos, de los maestros, en fin, de las
costumbres, las formas, las ideas, los valores que se trasmiten en interacción
en sociedad.
Tanto Bolívar
como su maestro, estaban conscientes, que con la guerra se logró militarmente
la independencia política de la América española, y la creación de las
Repúblicas, pero que no era suficiente para alcanzar los objetivos sociales de
dicho sistema de gobierno, había que crear la nueva sociedad, lo cual
significaba luchar contra las costumbres y valores de la sociedad colonial
monárquica, en eso se le fue la vida a Bolívar y a Simón Rodríguez quien
después de la muerte de Bolívar, quedó batallando con el proyecto de formar
ciudadanos republicanos para hacer una verdadera sociedad republicana.
EL EDUCADOR PARA LA LIBERTAD.
Rodríguez: es un
filósofo de tiempos de la ilustración, donde se apuesta a la razón, al método y
al conocimiento científico para generar las condiciones de felicidad del
pueblo, por ello se dispone como maestro, como filósofo y como político a
impulsar la educación como arma revolucionaria, entendiendo por tal, ir más
allá de la instrucción: “Educar
no es instruir... aunque instruyendo se eduque ..“ es decir, la concepción educativa de Bolívar
y Rodríguez, es que además de enseñar a leer y escribir, así como enseñar,
cálculos matemáticos y lenguaje, era necesario enseñar a pensar, a trabajar, a
producir, y a convivir en sociedad con el principio “Piensen cada uno en TODOS, para que TODOS
piensen en EL”. “La SOCIEDAD REPUBLICANA es la que se compone de hombres
íntimamente unidos, por un común sentir de lo que conviene a todos “La fuerza de la autoridad republicana es
puramente MORAL
La
autoridad se forma en la educación, porque educar es crear voluntades, se
desarrolla en las costumbres...
Rodríguez busca los medios de elevar a los pobres sacándolos de la
ignorancia y la dependencia, plantea dos estrategias, a saber: la educación
popular y la economía social. concibe la educación popular como educación
“Jeneral”, educación para todos, no solo para elites, considera que ella creará
las voluntades, orientadas al bien común.” ...no
nos alucinemos: sin Educación Popular, no habrá verdadera Sociedad. La educación popular debe preparar a los
ciudadanos para la economía social, formar a las personas en oficios útiles
para la sociedad de manera de producir en comunidad, los bienes necesarios para
satisfacer las necesidades básicas de las familias. “los hombres no
vinimos al mundo para entredestruirnos sino para entreayudarnos”
Entre las
estrategias de la economía social, planteó colonizar el territorio con sus
propios habitantes, familias en espacios rurales, para desarrollar territorios
periféricos, de manera que no fueran anulado por el centro sino en sinergia en
una relación de fortalecimiento mutuo.
De esa idea de
la colonización con los mismos habitantes surgió el concepto de Toparquía, que
el Comandante Chávez, asimilo a la Comuna.
Con la muerte de
Bolívar ya no tenía el apoyo político para aplicar sus ideas radicales para
formar la verdadera sociedad republicana, pero recorrió buena parte de América
del Sur trabajando y escribiendo.
Entre sus obras
se tienen: “La Defensa del Libertador”, “Sociedades Americanas en 1828” y
“Luces y Virtudes Sociales”; tuvo una muerte muy triste porque además del
naufragio, del que enfermó de gravedad, sufrió el abandono de su hijo, y para
más drama, sus restos mortales que creemos reposan en el Panteón Nacional, de
acuerdo a una investigación del profesor Nelson Chávez, no son los suyos y aún
están en Amotape. Este hallazgo, está
documentado por Chávez, en la crónica de “Los restos del Cholo Facundo” obra
premiada y editada por Fundarte en el 2018, es una investigación por completar
y de la cual debemos ocuparnos los venezolanos. Por otra parte, sus
escritos que tanto cuidó y temió perder, se quemaron en el incendio de la
ciudad de Guayaquil en 1896.
Un gran ser
humano, desde su nacimiento perseguido por el infortunio, aún así se sobrepuso
siempre, se autoformó y formó discípulos con corazones “para lo grande para los hermoso”
y nos legó una obra para completar nuestra Liberación.
Maria Magdalena
Zambrano
Mov. Cultural
Bolívar Insurgente. / Red de Historia Memoria y Patrimonio.