“SALIR A GUAJIBEAR: LA MASACRE DE LA RUBIERA” LA MATANZA DE INDIOS EN EL ALTO APURE

Publicado: 15/10/2025 09:00 PM

(El Nacional, 3 de noviembre de 1974 y Tomás Eloy Martínez: Viaje de Muerte a la Rubiera)

  • El 26 de diciembre de 1967, luego de remontar por 48 horasel Río Capanaparo, 16 miembros de una familia Cuiva fueron víctimas de una razzia de exterminio en el Hato La Rubiera.
  • Asesinato en masa usualmente practicado por terratenientes de esta zona fronteriza y conocido como “salir a guajibear”.
  • Cuarenta y ocho horas antes habían partido los cuivas desde Elorza, edo. Apure, invitados a almorzar para pactar un acuerdo amistoso de trabajo ofrecido por el dueño del hato, Marcelino Jiménez.
  • Eran poco más de las 11:00 a.m., cuando la desprevenida familia, desembarcó en La Rubiera para disfrutar de esta comida de bienvenida.
  • Los primeros en sentarse a la mesa a comer fueron los hambrientos niños. Cuando los padres hicieron lo mismo de los cuartos salieron dos matones apureños con revólveres en mano y seis peones con machetes y palos.
  • De los 19 cuivas a bordosolo tres, quienes se habían quedado rezagados asegurando las curiaras, lograron salvarse de este viaje a la muerte, para luego contar todo lo sucedido.
  • Cuatro meses antes, una madrugada de agosto de 1967, quinientos guajibos fueron víctimas de esta práctica de exterminio. Sus cadáveres apilados fueron cremados en enormes piras y los sobrevivientes obligados a trabajar como bestias de carga; para cuando ya no tenían fuerzas eran molidos a palos.
  • En pleno siglo XX, las llanuras venezolanas y colombianas fueron escenario del exterminio sostenido de las tribus de indios yaruros, cuivas, chiracoas y salivas, por los medios más crueles y dantescos.
  • “Salir a Guajibear” fue sinónimo durante la Cuarta República de terratenientes que “se habituaron a entrar a saco a las aldeas cuivas para arrebatarles sus magras posesiones y llevarse a sus mujeres; los grandes propietarios los empujaron a punta de fusil hacia tierras menos prósperas; los misioneros desmantelaron una bella cosmovisión del universo que imagina a los seres humanos como semillas puestas por los pájaros y presupone que todos los cuerpos de la tierra tienen allá arriba, en el cielo, un cuerpo gemelo… Desde hace por lo menos tres décadas los cuivas viven reducidos a la indigencia más penosa…”.
  • Los terrófagos, tanto del lado venezolano como colombiano, pusieron en marcha este genocidio para desalojar de las zonas de reserva a los auténticos propietarios de estos territorios, cuyos cotos de caza y pesca les pertenecían milenariamente.
  • En el contexto de la Constitución de 1961, todas las etnias indígenas en Venezuela quedaron, durante 40 años, al margen de cualquier derecho e invisibles a los ojos de la ley.
  • “Ninguna comunidad indígena en Venezuela ha sido tan perseguida y atormentada, tan vejada por la aculturación y la esclavitud como estos grupos étnicos, hijos de la sabana, confinados al sur del estado Apure, junto a pequeños conucos, a sobrevivir del topocho y la yuca”.
  • En 1976, nueve años después, el sacerdote Gonzalo González explicó cómo fueron engañados y llevados al matadero los 16 cuivas. Fue entonces cuando prensa se hizo eco de las matanzas y salió a la luz pública el grave problema de décadas de exterminio.
  • Alertó sobre una guajibeada planificada para esa fecha en Elorza y denunció los sangrientos hechos a varias instancias gubernamentales del país, en compañía de algunos ganaderos sensibles al etnocidio de siglos.
  • Anteriormente, la matanza de motilones en el edo. Zulia, por parte terratenientes y agentes de las compañías petroleras pasaron inadvertidas. Así como, la matanza de indios Barí en la Sierra de Perijá, en 1962, y los tres los guajiros asesinados en Paraguaipoa, por los escoltas de Carlos Andrés Pérez en la celebración de los 500 años del Descubrimiento de América.
  • Otro capítulo es el de nuestros Yanomamis asesinados por la fiebre del oro garimpeiro y, más recientemente, el asesinato del Cacique Yukpa Sabino Romero, el 3 de marzo de 2013.

REDACCIÓN MAZO

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