El horror del hambre en Palestina

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La hambruna no es sólo hambre; es la peor emergencia humanitaria que indica un colapso total del acceso a los alimentos, al agua y a los sistemas necesarios para la supervivencia.
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Publicado: 15/08/2025 02:30 PM

Palestina atraviesa la fase más dura del genocidio israelí: los están matando de hambre. Si no entra ayuda humanitaria contundente y suficiente a la Franja de Gaza, lamentablemente veremos el mayor crimen de muerte masiva de la historia de la humanidad.

Desde hace varias semanas, se vive una hambruna que ha llevado al Pueblo palestino a una desnutrición severa. Los cuerpos se están debilitando debido a más de un año y medio de privaciones, casi más de 2 meses de inanición, sobreviviendo con el mínimo de pan sin ningún valor nutricional. Así lo describieron el pasado 19 de julio los representantes del Comité de Solidaridad con Palestina y lo difundió la Organización Palestina Grito de Libertad. “Ahora, no queda nada para comprar ni para comer, literalmente no queda nada, tengo dinero, pero busco y no encuentro nada comestible”, comentó un ciudadano gazatí.

Palestina ha entrado en la quinta fase de hambruna, una fase mortal e irreparable: la desnutrición, sin importar si la comida vuelve a estar disponible, no se pueden revertir las secuelas de la desnutrición.

Miles de personas de Gaza mueren de hambre diariamente, la crisis de la hambruna ha hecho que la gente se desplome en la calle, los reporteros no pueden reportar, los médicos no tienen fuerzas para atender heridos, es un horror ¿Quién va a atender heridos? ¿Quién va a rescatar a la gente luego de un bombardeo? ¿Con qué fuerzas pueden trabajar?

Israel es el mayor responsable de la falta de alimentos porque su ejército controla gran parte de Gaza, incluidas sus fronteras. 

Ahora bien, ¿qué es la hambruna y cuando se llega a ella? La hambruna es el peor nivel de hambre, donde las personas enfrentan una grave escasez de alimentos, desnutrición generalizada y altos niveles de muerte por inanición.

Según los criterios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se declara hambruna cuando:

  • Al menos el 20% (una quinta parte) de los hogares enfrentan escasez extrema de alimentos
  • Más del 30% de los niños sufren desnutrición aguda
  • Al menos dos de cada 10.000 personas o cuatro de cada 10.000 niños mueren cada día de hambre o por causas relacionadas con el hambre.

La hambruna no es sólo hambre; es la peor emergencia humanitaria que indica un colapso total del acceso a los alimentos, al agua y a los sistemas necesarios para la supervivencia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde que comenzó el bloqueo total de Israel el 2 de marzo, al menos 57 niños han muerto por efectos de la desnutrición. El efecto de la desnutrición en los niños varía, pero los primeros 1.000 días de la vida de un niño, que incluyen el embarazo hasta los dos años, son fundamentales para su desarrollo saludable. La desnutrición produce un desequilibrio entre la altura y el peso, retraso en el crecimiento y, finalmente, la muerte.

A principios de julio, en el Hospital Kamal Adwan de Beit Lahiya, en el norte de Gaza, el Dr. Ahmed Abu Nasir dijo que la situación ha empeorado más que nunca debido al bloqueo: “los niños están en su etapa de crecimiento y necesitan con urgencia ciertos nutrientes, como proteínas y grasas”, declaró el pediatra al portal informativo Al Jazeera. “Estos no están disponibles en la franja de Gaza, sobre todo en el norte, las mujeres embarazadas y lactantes también necesitarán recibir tratamiento por desnutrición y 17.000 mujeres corren este riesgo”, subrayó.

Respecto a la hambruna creada por Israel en Palestina, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró en una conferencia cristiana en Jerusalén, el pasado domingo 27 de julio, que “no hay una política de inanición ni hambruna en Gaza, lo que sucede es responsabilidad de Hamás, que roba la ayuda humanitaria que nosotros permitimos que pase”.

“Quieren presentar a Israel como si estuviéramos aplicando una campaña de hambre en Gaza, hemos recibido durante la guerra, la ayuda humanitaria y la han recibido los gazatíes, y lo que está prohibiendo el suministro de esa ayuda, es una fuerza: Hamás. De nuevo ocultan la verdad, Hamás roba esta ayuda humanitaria y luego acusa a Israel de no suministrarla”.  

Desde el corazón del horror, las periodistas Plestia Alaqad y Rahma Zein denuncian el genocidio en Palestina con una narrativa propia, y detallaron que “en medio de la crisis humanitaria, Netanyahu sostiene una versión improbable y contundente: NO HAY HAMBRUNA. En un discurso que podría calificarse de desparpajo, desestimó la acusación como una “mentira descarada” a cualquier acusación sobre la existencia de una campaña destinada a condenar de hambre a la población gazatí.

Añaden las periodistas que Netanyahu afirmó que Israel no aplica ningún bloqueo con esa intención, y que, de hecho, ha permitido el ingreso de ayuda humanitaria durante todo el conflicto, buscando evitar que la población desaparezca por falta de alimentos.

En el discurso del primer ministro israelí, las denuncias que hablan de hambre y desnutrición no son más que un artificio propagandístico de Hamás, que desvía la ayuda humanitaria mientras culpa injustamente a Israel.

Sin embargo, la realidad contradice la narrativa oficial. Organizaciones internacionales, agencias humanitarias y el Ministerio de Salud palestino, registran a más de 2 millones de personas que viven en condiciones extremas de inseguridad alimentaria. Se estima que cerca de 900 mil niños sufren de hambre y presentan cuadros de desnutrición irreversible, lo que significa que, aunque eventualmente se vuelvan a alimentar, el daño en los órganos, producto de la falta de nutrientes ya es irreparable. Cientos de muertes diaria por inanición que se acumulan en un contexto marcado por las restricciones en el acceso de alimentos básicos.  

La voz de los palestinos que padecen esta crisis, choca con la versión oficial israelí, dejando en evidencia un profundo contraste entre la negación política y el sufrimiento palpable en las calles y los hogares que aún quedan en Gaza. Y se pone más cruda esta realidad; ya que mientras se niega un problema, más lejos está la solución del mismo.

Pareciera que el mundo puede ver y denunciar un problema, pero mientras no lo vea Netanyahu, dicho problema no existe. Alguien debe detener este genocidio.


AMELYREN BASABE/REDACCIÓN MAZO

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