¿Decadencia? La inminente caída del imperio estadounidense (2)

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EEUU enfrenta en los últimos años una serie de crisis interconectadas que fueron debilitando su estructura económica y social
BBC Mundo

Publicado: 09/10/2025 05:13 PM

Después de la Segunda Guerra Mundial, EEUU quedó como la gran potencia hegemónica. Siendo el principal país capitalista del mundo, su producción representaba casi un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) global, sin embargo, hoy vemos como va decreciendo ese poder.

También, su pedestal de consumo ascendió exponencialmente, llegando un momento en que el mismo se hizo frenético, superando hondamente su capacidad de producción. Consumir más de lo que se produce es insostenible. De acuerdo a las cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) EEUU con solo el 4% de la población mundial, hoy día consume un cuarto de la riqueza planetaria. Esa asimétrica situación contiene el germen de lo que ahora está sufriendo; el país fue basando su prosperidad en una medida artificial: hizo depender la economía mundial de su moneda, el dólar. Ese hiperconsumo generó una deuda impagable, que obliga a ser financiada por el resto de países, a los que domina militarmente con 800 bases instaladas en el planeta.

Marcelo Colussi, escritor y politólogo de origen argentino escribió en su investigación llamada El declive de Estados Unidos que “hoy por hoy la potencia más desarrollada del planeta en todos los niveles: en lo económico, lo científico-técnico, lo cultural y en lo militar, lenta pero inexorablemente comienza su decadencia. No está derrotado, ni mucho menos. Al contrario: hará lo imposible para evitar su caída, por eso este momento de la historia es muy peligroso”.

Detalló Colussi en su investigación, que “la arrogancia estadounidense también creció sin par, lo que lo hizo sentir portador de un supuesto destino manifiesto, nación encargada de llevar la libertad y la democracia hasta los últimos confines del planeta. Hipocresía descarada. La clase dominante de esa potencia se sintió con la capacidad de operar en cualquier parte del mundo como si fuera su propia casa, robando, saqueando, masacrando, imponiendo su voluntad. La llamada Doctrina Monroe, de 1823, lo deja ver: América para los americanos, que puede entenderse como que todo el continente americano, desde Alaska hasta la Patagonia, para beneficio del gran capital estadounidense, sin que nadie ose discutirlo”.

Desde el uso de la mercadotecnia para impulsar la imagen de un país, en 1964, Dichter, gerente de la agencia publicitaria estadounidense BBDO, una de las más grandes del mundo, explicó que “lo que hace grande a este país es la creación de necesidades y deseos, la creación de la insatisfacción por lo viejo y fuera de moda”, expresó en pocas palabras cómo funciona el capitalismo en su punto máximo de desarrollo.

Ahora, el Doctor en Filosofía y Letras y Magíster en Historia Económica y de las Políticas Económicas Especialista en Historia Económica y de las Políticas, Leandro Morgenfeld en mayo 2025, realizó un trabajo que en el que explicó como esa supremacía está puesta en entredicho; “lo que vemos es el ocaso de la gran potencia, lenta pero irremediablemente, ya ha comenzado. De todos modos, su clase dirigente, que se siente dueña y dominadora del mundo, se resiste a la caída. Como animal herido se defenderá de cualquier modo, llegando a la locura militarista más envenenada para intentar mantener sus privilegios, pudiendo apelar a la monstruosidad de una guerra nuclear. Donald Trump, con un estilo de matón de película de western, arrogante, abusivo como el que más, es el encargado de buscar ese retorno a una grandeza que se va esfumando”.

Resumió Morgenfeld que “EEUU, hasta ahora la principal potencia económica y militar, aunque en un proceso de acelerado declive geopolítico, enfrenta en los últimos años una serie de crisis interconectadas que fueron debilitando su estructura económica y social. Desde el aumento de la pobreza y la indigencia hasta la epidemia de opioides, pasando por el colapso del sistema de salud pública y el masivo endeudamiento estudiantil, el país vive una etapa de creciente desigualdad y descontento social, el sustrato que explica la polarización política e ideológico-cultural”.

Por otro lado, los datos a continuación reflejan desafíos estructurales en EEUU, con desigualdad persistente y vulnerabilidad en grupos marginados. La pandemia de COVID-19 exacerbó estas tendencias, con millones de personas perdiendo sus empleos y dependiendo de ayudas estatales temporales que luego se eliminaron.

Siendo todavía primera economía del mundo, al menos en términos nominales, EEUU tiene niveles de pobreza más propios de un país en desarrollo. Según la Oficina del Censo de EEUU en 2023, hay 38 millones de personas, 11,5% de la población total de ese país, que viven por debajo de la línea de la pobreza. La pobreza infantil llega al 12,5% y afecta a 9 millones de niños. Otros estudios, como el del Centro Nacional de Pobreza Infantil, la elevan al 16%, es decir, 1 de cada 6 menores de edad estadounidense vive en pobreza extrema.

También, la desigualdad de ingresos sigue en aumento: el 1% más rico posee 32,3% de la riqueza nacional, mientras que el 50% más pobre solo tiene 2,6%, de acuerdo al Sistema de Reserva Federal, según cifras de 2023, hay actualmente 870 multimillonarios, pero 63% de la población no tienen ahorros suficientes para cubrir un gasto imprevisto de 500 dólares.

EEUU sigue siendo el país con más armas per cápita y una de las tasas de homicidio más altas del mundo desarrollado. En 2024, de acuerdo a las cifras del Archivo de Violencia Armada (Gun Violence Archive), se registraron más de 41.037 muertes por armas de fuego. Los tiroteos masivos (más de 530 en 2024) son una constante. Ciudades como Chicago, Baltimore y St. Louis tienen tasas de homicidio superiores a las de países en guerra.

El Archivo de Violencia Armada detalló que “las muertes por armas de fuego rompieron un récord histórico en 2021. Desde 2020, son la principal causa de muerte en niños y adolescentes de entre uno y 19 años, por arriba de las muertes por accidentes de tránsito, cáncer y sobredosis por drogas o envenenamiento. Por cada millón de personas de entre uno y 19 años, se registraron 36,4 muertes por armas en EEUU, contra 0,3 en Japón y 0,5 en el Reino Unido 0,5”. La tasa de mortalidad por armas de fuego es 11,4 veces mayor en EEUU que en otros 28 países de ingresos altos, lo que convierte esta cuestión en un problema particularmente estadounidense.

De hecho, en la reunión del Grupo Bilderbeg del año 2022, realizada en Washington, se filtró la agenda que se abordaría: mantener e incentivar el uso de armas en toda la población. Dicho de otro modo: para evitar su caída, el gran país imperial está dispuesto a cualquier cosa, incluso a un conflicto permanente dentro de sus calles, que permita normalizar, ante una amenaza, el uso de armas guerra con armas atómicas tácticas.

El periodista, director del periódico Le Monde Diplomatique, Benoit Breville, en mayo de este año escribió un editorial que llamó "Otro proteccionismo es posible", explicó que “para EEUU, Latinoamérica, es su natural patio trasero según la tristemente famosa Doctrina Monroe, y mantienen una narrativa que asegura que los países de la región están mal, y según, sin perspectiva de notoria mejoría en lo inmediato, porque Washington, cual Superman, defenderá ese territorio como su principal bastión ante el avance de otras alternativas, como China y Rusia, que comienzan a disputarle crecientemente la hegemonía mundial”.

Es por eso que EEUU trata de controlar países con más de 70 bases militares de alta tecnología y la IV Flota Naval merodeando el Caribe y el Atlántico Sur, y una intromisión continua y descarada en sus asuntos internos. Estemos alerta, el supuesto control del narcotráfico es solo una artimaña perversa implementada con el fin de reforzar su intromisión en países soberanos.


AMELYREN BASABE/REDACCIÓN MAZO

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