Crisis financiera: Otra lucha del Pueblo palestino por al supervivencia
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Publicado: 05/09/2025 04:49 PM
El genocidio de Israel
contra Palestina, no solo se remite al asesinato diario y permanente al
Pueblo civil, también el efectivo o dinero circulante, que alguna vez fue un
instrumento de intercambio común, hoy se ha transformado en un recurso tan
escaso como el agua potable o los alimentos.
A la violencia genocida del
sionismo, en contra de Palestina, se le suma el desastre material ante la
destrucción premeditada de su economía. La crisis del dinero ha agravado aún
más el panorama diario que enfrentan sus habitantes con la violencia
sistemática capitalista.
En un artículo editorial publicado en el portal Euronews en el mes de julio, detalló que “la gente en Gaza paga hasta un 40% de comisión para recibir efectivo, la economía está profundamente afectada por la escasez de efectivo, la inflación, el desempleo, la especulación y los intermediarios agravan la vida diaria de manera tan crítica que casi todos los cajeros están inoperativos, lo que obliga a la población a depender de corredores de efectivo que cobran comisiones altísimas por cada operación”.
Según los expertos, la
escasez de efectivo en Gaza tiene varias causas: “ a) Para reducir la
capacidad de Hamás de comprar armas y pagar a sus combatientes, b)
Israel eliminó la entrada de dinero en efectivo a Gaza al
comienzo de la guerra y c) el creciente temor al quiebre del sistema financiero,
hizo que las empresas extranjeras que vendían productos en el territorio
exigieran pagos en efectivo”.
La falta de efectivo aunada a una economía golpeada por el genocidio, la inflación, el desempleo extremo y
la disminución del ahorro, procura un panorama desalentador. Añadió el editorial de Euronews que
“se estima que en 2024 el desempleo se encontraba en un 80% y que actualmente
es aún mayor, pero no existen cifras actualizadas. Las familias palestinas han
vendido sus posesiones para comprar lo básico que puede encontrarse para comer
y agua potable”.
De la misma manera, el costo
de los productos se ha multiplicado: un kilo de harina lo venden entre 80$ y
100$ cuando su precio ronda los 2$. El combustible alcanza precios extremos
alrededor de 25$ por litro al precio más bajo disponible en efectivo.
Los billetes que circulan
(principalmente israelíes) están en malas condiciones o deteriorados. Esto
complica aún más las transacciones, ya que muchos comerciantes y proveedores
solo aceptan billetes nuevos; lo que ha generado un mercado de “reparación de billetes”
con un costo entre 3$ y 10$ por cada billete arreglado. Con los bancos cerrados
y los cajeros automáticos obsoletos, los palestinos dependen hoy de una red
informal de corredores de efectivo que aplican comisiones abusivas de hasta
para entregar billetes maltratados, muchas veces inservibles, que luego tienen
que pagar para arreglarlos.
Los corredores de efectivo
tienen un gran poder y operan sin regulación, imponiendo altas comisiones.
Además, el uso de transferencias electrónicas (cuando hay electricidad e
internet) sólo permite recuperar una fracción del dinero enviado, por ejemplo,
se transfieren 100$ y la persona recibe 60$ en efectivo.
Impacto social
Cuando se agota el efectivo,
las familias dependen de la ayuda humanitaria, que también es insuficiente y en
el mejor de los casos, cuando no son bombardeadas, provoca largas
filas para conseguir alimentos.
“Nos está asfixiando, nos
está matando de hambre”, resume Ayman al-Dahdouh, director de una
escuela en Gaza. Como él, miles de personas enfrentan un círculo
vicioso: sin acceso a sus cuentas bancarias, sin flujo de billetes nuevos desde
Israel, y el efectivo que circula está tan deteriorado que incluso los
comerciantes se niegan a aceptarlo.
Al mismo tiempo, los
corredores (hombres con acceso a reservas de billetes físicos) se han vuelto
intermediarios indispensables y costosos. “¿Cómo vamos a vivir? Nuestra vida es
muy difícil; al tratar con los comerciantes, 100 shekels (30$ aproximadamente) no
alcanzan para comprar nada, y casi no aceptan los billetes que circulan: o
dicen que está roto, atascado, estropeado, o que traigan otro. No hay dinero ni efectivo ni cambio”, reclamó Khitam Hamdan, también residente palestino.
También Jehad
al-Sosi, residente de la ciudad de Gaza, en una entrevista que le
hizo a la agencia AP, describió que "antes los comerciantes
se oponían a los 10 shekels y dejaron de usarlos, y ahora rechazan los 20
shekels y los 50 shekels. En cuanto a la comisión de los productos, ha llegado
al 42%, lo que significa que te llevas la mitad del salario y la otra mitad es
de ellos. La vida es insoportable, en todas sus formas es insoportable",
dijo.
Del mismo modo, el portal de
noticias Atalayar publicó el pasado 15/07 un artículo escrito por
la periodista Dayriby Abreu, llamado “El colapso financiero de
Gaza la deja a merced del mercado negro”, donde el director de Pal-Think
for Strategic Studies, Omar Shaban, ha afirmado que “la
guerra dificulta determinar el funcionamiento de la actividad económica de la franja,
afirmando que actualmente se opera como una especie de mafia y con tasas
exorbitantes en comparación con la situación que se vive. En ausencia de los
servicios bancarios oficiales, los habitantes se someten a una doble situación
de inestabilidad, encontrándose sumidos en un entorno de violencia armada y
extorsión por parte de medios informales que se lucran del sentimiento de
desesperación y precariedad”.
Sin instituciones financieras ni impresión de nuevos billetes, Gaza sobrevive a punta de redes informales de corredores que cobran hasta 40% por entregar dinero. La escasez de billetes útiles, la inflación, el desempleo y la desesperación, convierten cada transacción en una lucha por la supervivencia.
AMELYREN BASABE/REDACCIÓN MAZO