UN CURA LLAMADO WUYTACK
Publicado: 25/06/2025 09:00 PM
(Últimas Noticias, 24 de junio 1970)
- Después de su última manifestación, cuando Francisco Wuytack pidió ante el Congreso Nacional el estudio del problema del desempleo y de una educación verdaderamente popular, lanzó una hoja que decía: “El Hotel Caracas Hilton cuesta 100 liceos”.
- Acto seguido, fue detenido y maltratado por los policías. Eso ocurrió el miércoles 17 de junio. Lo soltaron a las 3 de la madrugada del jueves… El día 19 de junio, por la noche, estando en la escuela del barrio, lo fue a buscar un juez y un sacerdote.
- Los testigos sostienen que el padre Wuytack le dijo al sacerdote que llevó a la policía: “Yo sé que tú me vas a entregar”.
- Y así fue, en efecto, una patrulla de la Policía Metropolitana aguardaba a la salida. El sábado 20 de junio fue llevado a Maiquetía como si fuera un hampón, rodeado de efectivos policiales que impidieron a cualquier persona acercársele. Fue expulsado del país con la misma ropa que tenía puesta cuando la detención.
- Desde 1966, el sacerdote belga Francisco Wuytack, trabajaba en los barrios de Caracas. Vivía dentro de la comunidad, ejerciendo durante todo el día y parte de la noche una extraordinaria labor social. En el barrio El Carmen, de la Parroquia La Vega, estaba el centro de su actividad, pero toda La Vega lo conocía.
- Igualmente se desplazaba hacia Carapita, Cota 905, Antímano y Los Aguacaticos de El Valle. Este recorrido casi diario lo hacía a pie o mediante “colas”. Cuando llegó al país tenía un carro; luego lo vendió y compró una moto. Después tuvo que salir de la moto. Entonces andaba caminando por los cerros y quebradas al oeste de la ciudad.
- El padre Wuytack siempre insistió en la necesidad de que los pobres tomaran conciencia de sus problemas y abandonaran la pasividad en que se desenvolvían… No puede decirse que sostenía una posición de violencia, por el contrario, recomendaba la protesta pacífica... Tenía una sensibilidad que lo llevaba a ejercer directamente el sacerdocio sin interferencias burocráticas, a estar en contacto con los marginados.
CONTEXTO:
- Francisco Wuytack nació el 30 de septiembre de 1934 en Saint Niklass (Bélgica). De joven participó activamente como obrero metalúrgico en la organización de las juventudes católicas obreras.
- En su paso por Venezuela, logró activar un plan de organización social de las clases populares en La Vega. Fue víctima de persecución policial y el tercer sacerdote expulsado del país por el régimen social cristiano de Rafael Caldera.
- El “Padre de La Vega”, como se le conocía, siempre predicaba que los pobres, quienes son la esencia misma del Pueblo, serán los que en definitiva liberarán a los ricos de su soledad, de su individualismo y de su aislamiento social. “Yo no digo muchas cosas, no hablo mucha paja, les digo a mi gente de los barrios que los pobres, el Pueblo, liberaran a los ricos”, decía.
- Su expulsión obedeció a una solicitud que hizo la alta jerarquía eclesiástica a la que le resultaban incómodos los continuos señalamientos que les hacia Francisco Wuytack sobre las grandes fallas y errores fundamentales de la iglesia católica.
- Sus adversarios en el gobierno y dentro de la iglesia le imputaron el delito de profesar ideas marxistas y propiciar protestas populares.
- En varias oportunidades, los vecinos de su comunidad tuvieron que esconderlo en sus casas para evitar los maltratos y detenciones ordenadas por el gobierno. Esta persecución trató de impedir la incesante labor de transformación que realizaba.
- Después de la primera expulsión, de junio de 1970, ingresó clandestinamente a Venezuela en 1973 para continuar su lucha en la barriadas caraqueñas, pero fue violentamente detenido y expulsado en 1974 por el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
- Por esta causa, cientos de curas, monjas y teólogos de la liberación fueron asesinados en nuestro continente. Otros excomulgados o condenados al ostracismo. Sin embargo, gracias a su valiente trabajo y a pesar de las purgas vaticanas, han dejado su huella memorable en la historia latinoamericana: Matías Camuñas, Juan Vives Suriá, Leonardo Boff, Ernesto Cardenal; las cuatro religiosas de la Congregación Maryknoll, asesinadas en El Salvador; Hans Küng, Jon Sobrino, Gustavo Gutiérrez, Pedro Casaldáliga, San Arnulfo Romero, Camilo Torres y los seis jesuitas asesinados en El Salvador: Ignacio Ellacuría Beascoechea, Elba Julia, Celina Ramos, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Armando Moreno, Juan Ramón Moreno y Joaquín López, son testimonio de su fe en que solo el Pueblo salva al Pueblo. Vox Populi, Vox Dei; la Voz del Pueblo, es la Voz de Dios.
REDACCIÓN MAZO