RICARDO NAVARRO Fue asesinado por bandas armadas de AD - Aquí comenzó la violencia en la Cuarta República

Publicado: 17/09/2025 09:00 PM

(El Nacional, Panorama y Tribuna Popular, 11 de septiembre de 1960)

  • El 10 de septiembre de 1960, bandas armadas instauradas por el gobierno de Rómulo Betancourt asesinaron a Ricardo Navarro, dirigente sindical petrolero, durante un asalto armado que dejó a su vez 17 heridos…
  • Los facciosos adecos asaltaron la sede del Sindicato de Trabajadores Petroleros de Lagunillas, en el estado Zulia. Ricardo Navarro intentó cerrar las puertas del local yrecibió varios disparos efectuados por militantes de Acción Democrática (AD). Murió instantáneamente.
  • Durante el asalto, las bandas paramilitares de AD al cerrar las puertas, apagaron a su vez las luces y comenzaron a disparar. Un pistolero adeco de nombre José Antonio Díaz le hizo cinco disparos al Secretario de Actas del Sindicato, Arturo Tremont, quien milagrosamente logró evadirlos, abriéndose paso a silletazos entre los asaltantes.
  • Entre los heridos de bala estaba Luis Pinto, secretario de reclamos del Sindicato, quien cuando subía las escaleras hacia el presídium de oradores, para pedir la expulsión de los agresores, fue alcanzado por varios disparos. Quedó paralítico y en silla de ruedas. Aún así, lisiado de por vida, continuó su actividad sindical por cinco años.
  • Días antes el asalto fue alertado por el periódico Tribuna Popular, señalando la existencia de una carta circular emitida por la Secretaría General de AD en Lagunillas dirigida a toda su militancia con el fin de que se “preparase para el golpe definitivo contra el sindicato”.
  • Luego del crimen, los autores materiales fueron personalmente a la sede del tribunal de la causa, protegidos por agentes de la Dirección General de Policía (DIGEPOL), donde amenazaron al juez, Luis Montiel, para que les permitiera ver el expediente, en abierta violación al secreto sumarial, y con la vedada intención de sustraerlo de ahí.
  • Ante la coacción ejercida por los asesinos, el juez solicitó urgentemente ayuda a la Policía Municipal y la Policía Técnica Judicial (PTJ), para que detuvieran a los indiciados, sobre quienes ya pesaba un auto de detención.
  • Ambos cuerpos policiales, como órganos auxiliares del tribunal, se negaron a prestar su colaboración para detener a los asesinos de Ricardo Navarro, poniendo en riesgo la integridad física del magistrado y obstaculizando la administración de justicia.
  • La no intervención de la Policía Municipal y la PTJ para detener a los autores materiales del crimen, aunada a la presencia de agentes de la policía política de Rómulo Betancourt, escoltándolos en el tribunal, constituyó una clara maniobra de las autoridades policiales y del partido AD para intimidar al juez y robarse el expediente.
  • Finalmente, el expediente se extravió. El partido Copei, a cambio de la Secretaría General de Gobierno, se prestó para ello, quedando en libertad el homicida y los demás pistoleros de AD.
  • Para la fecha de este asesinato político, a tan solo seis meses de gobierno, Betancourt había segado la vida de 96 personas, con un saldo de 970 heridos y 1.630 presos en los calabozos de la DIGEPOL o en los campos de concentración.
  • Este fue uno de los hechos que marcaron en Venezuela el inicio de la persecución política, las torturas, los asesinatos selectivos, las desapariciones forzadas y la instauración de una guerra unilateral, abierta y declarada por Betancourt, contra todo aquel que fuese en contra de su doctrina de Seguridad Democrática: “Disparen primero, averigüen después”.

REDACCIÓN MAZO

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