Malaverismos: Se desataron las fuerzas humanitarias de Trump

El presidente gringo Donald Trump
Foto: Agencias

Publicado: 02/09/2018 09:17 AM

Después de haber invadido tantos países e impuesto gobiernos en otros, y además, crear campos de tortura fuera de su territorio, Estados Unidos tiene hoy un desborde de humanidad.

Después de estudiar detenidamente la manera cómo Obama logró invadir a Libia, Trump y sus asesores llegaron a la conclusión de que la ayuda humanitaria a Venezuela era lo único que les quedaba para tomar el poder. Ya era mucho el dinero que se había gastado en la oposición venezolana, y sobre todo en sus periodistas, y ahí no se había logrado nada, tampoco con las sanciones, y mucho menos con los llamados de los presidentes de la Asamblea Nacional en Desacato a la renuncia del presidente Maduro. Tampoco tuvo mucho sentido la creación de un Tribunal Supremo en el exilio, y ante las nuevas medidas de recuperación económica, era importante asumir de una vez lo que se iba a hacer y eso fue la decisión. “Humanidad, mucha humanidad para Venezuela”, dijo Trump.

Y envió a uno de sus hombres a reunirse con todos los factores que los apoyaban. Y hasta ese lugar llegó el apoderado de Trump y comenzó la reunión con Michel Temer, presidente de facto de Brasil. Iván Duque, presidente impuesto por Álvaro Uribe en Colombia. El grupo de Lima, todos añorando al expresidente corrupto del  Perú, Pedro Pablo Kuczynski, que los dejó ladrando. Y también estaban allí Julio Borges y Antonio Ledezma. Todos los dueños de los medios de comunicación de América Latina y  más. La Unión Europea también había enviado a sus representantes, porque querían dar mucha humanidad a Venezuela. Y a Macri no lo invitaron porque ese sí estaba necesitando ayuda, pero ayuda monetaria.

Y arrancó el enviado por Trump a dar la línea: “Señores, aunque les parezca mentira, en el presidente Trump se ha desatado una fuerza humanitaria que no la para nadie”. La mayoría de los que estaban presentes sonrieron. “Pregúntenle a los padres de los niños que todavía tiene secuestrados- dijo alguien que estaba por allí. Y el enviado siguió hablando. "Se trata de impulsar por todos los medios, y veo que están aquí presentes muchos de los empresarios de medios, pero no son solo esos medios, son otros medios, por ejemplo las fuerzas armadas, ya el amigo Temer ha dado un paso, enviando soldados a la frontera de Venezuela. Y ¿cuál es el concepto? Llevar ayuda humanitaria a Venezuela, y para lograrlo tenemos que hacer que el mundo conozca la realidad de la salida de millones de venezolanos a los países más cercanos. Eso hay que destacarlo, no importan las cifras, den las cifras más grandes, eso sí, no se pasen, porque ustedes son capaces de decir que ya van 30 millones de venezolanos que salieron del país. Ya hemos visto que vienen exagerando las cifras y eso no es bueno, porque perdemos credibilidad”. En ese momento tomó la palabra Julio Borges y dijo: “Usted perdone, pero yo creo que la cifra es más grande que 30 millones, son 35 millones”. El enviado se lo quedó viendo y dijo: “Ya sé por qué ustedes nunca van a llegar al poder en ese país, porque usted es un exagerado. Ahora bien, los dueños de los medios tienen que llenar las redes sociales del concepto: humanidad para Venzuela. Millones de venezolanos huyen pidiendo humanidad y nosotros se la vamos a dar. Ojala que ya la gente se haya olvidado de Libia y de Irak, porque allí lo que llevamos fue otra cosa. Pero en Venezuela vamos a llevar humanidad”

Los dueños de los medios llamaron por sus celulares a los directores de sus medios y le dieron la línea de que llenaran las redes sociales con humanidad para Venezuela y que exageraran las cifras, pero eso sí, no vayan a decir 35 millones de venezolanos huyen, porque todo el mundo sabe que de Colombia es de donde más ha salido gente buscando humanidad en otros países.

Así, las redes sociales, los medios de comunicación, que antes se decían independientes, pero que ahora saben que nunca lo fueron, llenaron sus espacios con ayuda humanitaria. Y mientras tanto, Trump espera ansiosamente por ver cómo sus aliados lo ayudan a desatar su fuerza humanitaria.



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