Malaverismos: ¿Qué viene después del 16?
Publicado: 17/11/2019 08:48 AM
Los miembros caídos de la oposición venezolana el sábado 16
de noviembre, ante la convocatoria de su líder el autoproclamado, no sabían qué
hacer, adónde ir, a quién llamar, todos preguntaban ¿qué viene después de este
día 16? Y nadie contestaba, solo Guaidó sabía que venía el 17 y el 18
La mañana del sábado 16 de noviembre, Ramos Allup estaba
tomándose un café porque pasó la noche en vela, pendiente de lo que iba a pasar
ese día, porque según le habían dicho, “a lo mejor llegamos a Miraflores y nos
quedamos allí gobernando”. Mientras le pasaba un pañuelo a la armadura falsa que compró en Toledo,
España, como original, sintió que le estaba repicando el celular en el
bolsillo, lo tomó y vio que era Stalin González
y contestó:
- Coño, Stalin, te he dicho que no me llames por aquí, que
me mandes la paloma mensajera que te regalé para que me traiga los mensajes. Tú
no ves que estos carajos nos tienen a todos grabados.
- Qué paloma, mensajera, ni qué
nada. Te llamo porque parece que lo de hoy es otro fracaso anunciado. La gente
me tiene loco preguntándome que a dónde vamos, y yo no sé qué carajo decirles.
- Diles que esperen a Guanipa.
- Guanipa dijo que esperaran que
llegara Guaidó a Altamira.
- Entonces nos jodimos.
Ramos Allup cortó y se guardó el
teléfono en el bolsillo y pensó:
-Qué diría Rómulo si me viera a
estas alturas en una marcha apoyando a Guaidó?. Seguro que se moriría de la
risa. “Qué bajo has caído Ramitos?”- Seguro que me hubiese dicho.
Siguió limpiando la armadura y al
momento le volvió a repicar el teléfono. Vio que era Ismael García y dejó que
repicara hasta que se cansara.
-Si este carajo está aquí para
marchar entonces nos volvimos a joder – Se dijo para sí.
Caminó por la sala Rómulo Betancourt
y prendió la televisión para ver qué decían. Solo vio que en el canal ocho
estaba Chávez hablando y se dijo:
-Yo saqué a este hombre de
Miraflores y lo volvieron a llevar. Y pensaba sacarlo hoy del canal ocho y como
que no voy a poder.
Y, mientras veía con admiración el
afiche tamaño natural de Rómulo Betancourt, sintió que nuevamente le estaba
repicando el teléfono en el bolsillo, lo tomó y vio que era Richard Blanco, contestó y le dijo:
- ¿Qué pasa, Richard, te viniste de
Colombia para la marcha?.
- Qué marcha, ni un carajo, aquí
estoy en Bogotá gozando una bola, porque no fue la gente para esa marcha, eso
le pasa a Guaidó por no atenderme las llamadas. Te llamo para que se lo digas.
- Aló. Aló-. Se cortó esta vaina.
Ramos Allup estaba escuchando, pero
se hizo el loco para no cortar violentamente a Blanco. Y volvió a meter en su
bolsillo el celular último modelo que le trajo de Estados Unidos su cuñado en
el último vuelo que hizo a Miami.
Mientras caminaba por el gran Salón
Rómulo Betancourt, Ramos Allup meditaba:
-Es que también escogimos al peor.
Un carajo que dice las vainas que este hombre dice no sirve ni para lechuguino.
Ha cometido todos los errores, y más, de todos los que se pueden cometer.
Y así, a medida que meditaba,
parecía que le estaba hablando al afiche de Rómulo. La señora Críspula Salazar,
que estaba llegando de la cocina en ese momento para llevarle un café, se
detuvo y esperó que terminara de hablar, y después le preguntó:
-¿Está hablando con el jefe Rómulo,
Señor, Henry?
-Estás loca, Crispula, todavía no he
llegado a eso, pero ya estoy a punto. Dame ese café para ver si aguantó lo de
hoy.
- Señor Henry, ¿me puede contestar
una pregunta? – dijo Críspula.
- Depende Críspula., no me vayas a preguntar cuándo llega la caja
de Clap ni esas vainas que tú preguntas. Dime ¿cuál es la pregunta?
- ¿Qué viene después del 16?
Y Ramos
Allup volvió la cara hacia el afiche de Rómulo, dio media vuelta y cayó postrado sobre el sillón Luis XVII, que
estaba al lado del afiche tamaño natural de Rómulo Betancourt.