Palabra de Mujer: Amantes desde la política
Publicado: 15/02/2023 01:45 PM
¿A qué le
tememos tanto las hacedoras y los hacedores del socialismo a la hora de hablar,
escribir sobre el amor, sobre el romance, especialmente las feministas por qué
pareciera que hablar del amor como parte de nuestra construcción política es
una contradicción?
Si hacemos un
repaso por los históricos discursos anti revolucionarios, desde que se forjara
la revolución de las y los bolcheviques hasta que se asentaran las bases de la
revolución cubana, en la derecha siempre se mantuvo el mismo eco que quizás en
algún punto de la historia nosotras y nosotros dejamos que se introdujera en
nuestra psiquis, la afirmación de que este sistema social o el periodo de
construcción del socialismo al que estamos nosotras y nosotros entregados en
cuerpo y mente se caracteriza por la abolición del individuo en aras del
proyecto colectivo.
Creo
profundamente, que esto no está más alejado de la realidad. Ahora bien, considero
pertinente desarrollar como hacedoras y hacedores de la Revolución una
narrativa que nos involucre en términos soberanos como el autocuidado, la
protección a nuestra salud mental y el reconocimiento del placer como principal
acto de soberanía.
Es difícil de
entender, - para quien no viva la experiencia de la Revolución-, la estrecha
unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se
interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se
interrelaciona con el proyecto intelectual, social, económico y cultural que
supone la revolución y que como ya hemos hablado en este espacio inicia a
partir de nuestra individualidad.
Desde que como
seres humanos empezamos nuestra construcción cognitiva del amor, hemos asumido
que amar se trata de proteger aquello que “me pertenece”, nos enseñan, -
especialmente a las mujeres – a poner en el centro de nuestras vidas el amor y
la protección del hogar, pues no alcanzar estos proyectos resulta un fracaso,
trayendo como resultado la frustración, la depresión y la ansiedad propia de no
saber cómo presentarse ante este desafío.
Es por ello,
que insisto en colocar en el debate la educación amorosa y revolucionaria, una
educación colectiva en la que se nos enseñe que solo las y los libres liberan y
que como liberamos, amamos y construimos Patria /Matria.
Quiero pensar,
todo lo que se puede hacer con una educación emocional óptima y emancipadora,
cómo esto se traduciría en herramientas para el respeto, la conservación de la
especie, la resolución de conflictos sin violencia física, ni emocional y para
comprender la relevancia del tratado amoroso de la política como instrumento
para la transformación, que arraigada en lo cultural y social pueda impactar en
lo económico.
Que no se nos
olvide que el amor, es nuestra trinchera. Nosotras y nosotros venceremos.
¡Palabra de
mujer!
CAROLYS HELENA PÉREZ
@carolyshelena