Malaverismos: Yo también soy presidente
Publicado: 13/01/2019 06:00 AM
Todos
sabemos que los actos que produzca la Asamblea Nacional son nulos, porque esa
Asamblea está en desacato, sin embargo, no hay que negarlo, cuando esa gente se
decide a montar un show lo montan, y si los apoyan desde Estados Unidos, más.
Cuando
Ramos Allup vio que por tuiter mucha gente estaba apoyando al nuevo presidente
Guaidó dijo: “Se volvieron locos, Rómulo”. Y lo peor es que uno de los que
estaba acompañando aquella locura era su secretario privado Edgard Zambrano.
Una
vez que el 10 de enero, Nicolás Maduro
se juramentó en el Tribunal Supremo de Justicia, precisamente porque la
Asamblea Nacional está en desacato, los miembros caídos de la oposición
empezaron a caerle encima por tuiter a
Juan Guaidó, quien no esperó nunca en su vida que le pasara una vaina como la
que le empezó a pasar aquel día.
Y
desde el 10 en la noche todos querían que Guaidó se juramentara. Y se lo pedían
con fuerza e insultos. Y llegó el 11 de enero y sin juramentarse, solo se montó
en una tarima y dijo un discurso plano y mediocre. Y lo comenzaron a llamar
Presidente por tuiter y whasat e instagran, y desde la OEA se manifestó Luis
Almagro apoyando al nuevo presidente de Venezuela, tuiteó: “Saludamos la
asunción de @jguaido como Presidente interino de #Venezuela conforme al artículo 233
de la Constitución Política. Tiene nuestro apoyo, el de la comunidad
internacional y del Pueblo de #Venezuela #OEAconVzla”,
Y desde Estados Unidos apareció John Bolton aceptando también a Guaidó como
Presidente, y el hombre ni siquiera se había juramentado en ninguna parte. Dicen
que Guaidó estuvo a punto de escribir un tuiter diciendo: “Amigos de Estados Unidos
y la OEA, por favor, no me apoyen todavía, que yo no me he juramentado en
ninguna parte”.
Y
Ramos Allup, desde su quinta La Pipa, en su salón de lectura Rómulo Betancourt,
y mientras pulía la armadura falsa que compró en Toledo, España, sonreía viendo
la televisión y revisando la catarata de tuiter en su computadora donde le
decían de todo a Guaidó, y uno de los
que empezó a ofender a Guaidó desde Colombia fue Julio Borges, tanto que Guaidó
tuvo que responderle.
“Todo
10 tiene su 11”, dijo Ramos Allup. Riéndose mientras veía aquello y ya había
dado su declaración contra el punto 9 del documento del Grupo de Lima donde no
reconocían la soberanía de Venezuela sobre las aguas territoriales. “Ni de
vaina, -dijo Ramos Allup- , allí los adecos decimos no es no”. Y el presidente
Maduro también les pidió a los países del Grupo de Lima que rectificaran, sino
que se atengan a las consecuencias. Y
diez de esos países rectificaron ante el presidente, no ante Guaidó, ante el presidente
Maduro. Y Canadá y Paraguay, que le debe 400 millones de dólares a PDVSA,
todavía no han rectificado, tienen chance hasta el lunes.
Pero lo peor vino después, cuando alguien anunció que Wikipedia había juramentado en su página a Guaidó como presidente de la República de Venezuela, Bolivariana no, porque esa gente no estaba apoyando a Guaidó. Y entonces, comenzó lo que se llama la locademia de oposición. Hasta Américo Martín puso un tuit donde decía que “estamos haciéndolo bien”, y Chúo Torrealba, el exsecretario de la Mud, le contesto: “Amen”. En fin, que Ramos Allup seguía muerto de la risa viendo la reacción política de los lechuguinos y petimetres. Y otros decían que les explicaran porque no entendían qué carajo estaba pasando. Y desde Estados Unidos Trump y PomPeo daban órdenes sin saber cómo las cumplían aquí en Venezuela la gente a la que ellos les han dado los dólares suficientes como para tumbar todos los gobiernos de América Latina. “Aquí los que fracasan no somos nosotros los opositores, -dijo Ramos Allup- los que fracasan son los presidentes de Estados Unidos, que dan órdenes como si todavía estuviéramos en la edad media.”.
Y viendo aquella locademia de oposición, Ramos Allup se despidió de su armadura, y salió a la calle y dijo: “Yo también soy presidente, grandes pendejos".
Roberto Malaver