José Laurencio Silva: Héroe de la lealtad
Publicado: 11/09/2018 11:42 AM
Libre de avaricia política, exento de afanes
figurativos, y presto a la lucha nació, creció y se educó en la Villa de Nuestra Señora del Rosario del
Tinaco una de las más grandes lanzas de nuestra historia: José Laurencio Silva.
Al cumplirse el pasado 07 de septiembre 227 años de su
natalicio vale recordar que participó en más de 17 batallas decisivas y de una treintena de choques bélicos contra las tropas realistas.
J.L. Silva abrió los ojos al mundo cuando la Capitanía General de Venezuela contaba con
una población de cercana al 1.000.000 de
habitantes, la Nueva Granada tenía 1.250.000, Ecuador 210.000, Perú 1.100.000 y
el Istmo de Panamá 80.000.
En estos teatros de guerra se libraron aproximadamente 146 batallas terrestres. Esto sin contar más de 350 enfrentamientos menores que lograron la independencia política y
administrativa de estas colonias. En toda la campaña del Sur J.L. Silva fue
general de vanguardia, bajo las órdenes del Mariscal José Antonio Sucre.
Ya in extremis El Libertador, traicionado por todos, lo
inviste como su fideicomisario y albacea
testamentario. La confianza en su
lealtad fue a prueba de balas e ingratitudes.
En 1959, luego de parlamentar con Zamora en
Portuguesa, y en contra de la voluntad
de la godarria caraqueña, desiste de
combatirlo. En medio de aquella guerra fratricida que se avecinaba su sabiduría
llanera supo distinguir de qué lado
estaban los verdaderos seguidores de Bolívar.
Ya Zamora había sido su subordinado cuando ambos repelieron la aventura
del General José Antonio Páez de invadir a Venezuela y entregarla a fuerzas
imperiales.
A su entrada a Caracas fue objeto de burlas y hubo más
de una dama goda de alto linaje que no escatimo esfuerzos en lanzar, desde balcones señoriales, el contenido de sus bacinillas sobre la
humilde humanidad de J.L. Silva mientras
pasaba.
Al sellarse en Ayacucho la derrota total del imperio
español, los neogranadinos, ecuatorianos
y peruanos conservaron su densidad demográfica y aparato productivo casi
intacto. Venezuela, en cambio, había entregado más de 300.000 vidas a la causa
libertadora. Nuestro territorio fue el escenario de 81 de las más 146 batallas
libradas desde Caracas hasta Bolivia. Nuestra economía quedó arrasada al igual
que nuestras ciudades, nuestras familias diezmadas. La población total de
nuestro país apenas sobrepasaba los 600.000 habitantes.
Al morir J.L. Silva en Valencia el 27 de febrero de
1873, los médicos que revisaron la humanidad del viejo general anotaron: 9
heridas de lanza (tres de las cuales recibió en Ayacucho), 6 heridas de bala y
35 heridas menores de sable y esquirlas. Dictaminaron: “su cuerpo parece una
criba”
Leal a Bolívar hasta su último aliento, libre de avaricias y vanidades políticas, e inquebrantable en su fe patriótica, se lo llevó la nave de la eternidad hasta la morada de los grandes y leales servidores de Venezuela.
* Fuente:
Archivo privado del Dr. José Carrillo Moreno
ALEJANDRO CARRILLO