¡Irreal! Altamira, la urbanización que la mediática insiste en referenciar como «Venezuela»
Publicado: 01/05/2019 12:11 PM
Desde 2002, cuando se gestó el golpe de Estado
contra Hugo Chávez, «Altamira» ha sido mostrada por los medios que apoyan a la
extrema derecha venezolana como la imagen de todo un país, algo que se
distancia por mucho de la realidad
Es una de las zonas preferidas por los
corresponsales de prensa extranjeros para alquilar apartamentos por el
tiempo de residencia que le ameritan tomar sus labores en Venezuela. De hecho,
varios medios de comunicación y agencias de noticias internacionales tienen sus
sedes en las cercanías del conocido obelisco ubicado en la Plaza Francia.
La urbanización «Altamira» -que no abarca más de 5 kilómetros cuadrados del municipio Chacao- la que es considerada nuevamente por la mediática internacional como «Venezuela», para así presentar al mundo una serie de informaciones descontextualizadas de la realidad y que pretenden hacer ver que un grupo violento de personas que realizan acciones de calle en esa zona, son sinónimo de los otros 334 municipios del país bolivariano.
Desde 2002, cuando se gestó el golpe de Estado
contra el entonces presidente Hugo Chávez, «Altamira» ha sido mostrada
por los medios que difunden los propósitos de la extrema derecha venezolana
como la imagen de todo un país, algo que se distancia por mucho de la
verdadera realidad del país sudamericano.
Siendo Altamira el lugar predilecto de las distintas
intentonas golpistas en Venezuela desde 2002 y con sus respectivas reediciones
en 2006, 2008, 2011, 2013, 2014, 2017 y ahora, 2019, se vuelve a
repetir el libreto mediático de magnificar acciones focalizadas en un sector
puntual de uno de los municipios más pequeños de Venezuela para
difundir a través de plataformas como la cadena CNN, El Mundo, BBC, ABC, RCN,
NTN24 y otros medios pertenecientes a grupos de poder económico de Venezuela
radicados en Miami como VPI, La Patilla, El Venezolano TV, TVV Noticias y
otros, que todo un país está en llamas.
Amauri Chamorro, analista internacional
entrevistado por Actualidad RT, indicó que lo sucedido este
martes -30 de abril- son acciones aisladas, muy bien planificadas que utilizan
el factor sorpresa y las redes sociales como WhatsApp, Twitter,
Instagram, Facebook, entre otras, para que luego sean tomadas por la prensa
conservadora internacional y genere una redifusión de hechos focalizados -con
fotos y vídeos- para argumentar que los militares están en contra del Gobierno
legítimo de Nicolás Maduro y que el falso autoproclamado Juan Guaidó, tiene un
«gran» apoyo popular.
Lo cierto es que lo ocurrido -desde tempranas horas
de la mañana- ha sido una nueva intentona golpista organizada por
Guaidó, su jefe y cabecilla de la célula terrorista Voluntad Popular, Leopoldo
López, quien ahora es prófugo de la justicia venezolana, tras fugarse de su
beneficio procesal de casa por cárcel.
A López y Guaidó lo acompañaron un grupo minúsculo de militares y miembros del servicio de inteligencia venezolano (Sebin) que custodiaban a López mientras estuvo pagando condena por su responsabilidad en el plan «La Salida», otra intentona golpista realizada en 2014 y en la que fallecieron más de 40 personas, otras más de 100 resultaron heridas, torturadas y mutiladas, así como multimillonarios daños contra el patrimonio público y privado.
La realidad de Caracas es sumamente distinta a la
que muestran las corporaciones mediáticas de gran influencia y poder de difusión en el
mundo, incluso dentro del propio municipio Chacao, al momento que se difundió
el vídeo de Juan Guaidó junto a Leopoldo López mostraba un clima de plena
tranquilidad, con personas trasladándose a sus lugares de trabajo y llevando a
sus hijos a su jornada escolar.
De hecho, el foco de la cámaras de los
medios siempre privilegió los hechos de violencia registrados en las
inmediaciones del distribuidor Altamira, ubicado en esa zona y que limita
con la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda -popularmente conocida como
«La Carlota», lugar que fue atacado por un grupo de civiles, algunos con
armas-, mientras en redes sociales y medios de comunicación que acompañaban el
plan golpista denominado «Operación Libertad» se encargaron de difundir
noticias falsas y manipuladas como «toma de La Carlota» y «el momento final del
cese de la usurpación».
En 2017, durante otro intento de golpe de Estado que comenzó con una
«marcha» a la Defensoría del Pueblo y que terminó con un mes de violencia
extrema en las calles, los hechos dejaron más de 140 personas asesinadas, miles
de heridas, quemadas, torturadas, Altamira fue el foco de acción.
Después de Altamira, ¿Quién concluye la «Operación Libertad»?
El llamado a la «libertad» hecho por Guaidó y López
sólo pretendía volver a incendiar las calles, algo que ha logrado parcialmente
en Altamira, pero esa acción
sediciosa también pudiera ser un cepo para las autoridades de seguridad
venezolana, que en cualquier momento podrían recapturar a López
y encarcelar a Guaidó.
Y es precisamente esa captura la que podría
ocasionar que el gobierno de Donald Trump decidiera usar como argumento para
ejecutar la tan anunciada invasión militar contra Venezuela. Eso le
permitiría iniciar una guerra frontal con apoyo de algunos gobiernos suramericanos
aliados -con mayor peso en Colombia- y que estaría ampliamente justificada por
los medios masivos y la «comunidad internacional».
De momento, los cinco Poderes Públicos del
Estado venezolano: Ejecutivo, Judicial, Legislativo, Electoral y Ciudadano han
repudiado el nuevo intento de generar zozobra y violencia en las
calles para promover salidas fuera del orden democrático y constitucional. La
Fuerza Armada, por su parte, se ha pronunciado en apego a la Constitución, en
defensa a las instituciones legítimamente constituidas y bajo el mando de su
comandante en jefe y presidente de la República, Nicolás Maduro.
Todos los comandos, regiones y zonas de defensa de
las Fuerzas Armadas están en estricto orden constitucional y dispuesta a frenar
cualquier intentona golpista. Una evidencia de estas acciones se observa
justamente en los alrededores de Altamira, donde los efectivos de
seguridad disponen de un operativo para evitar que la Base Aérea «La Carlota»
sea atacada por los grupos violentos.
Los grupos violentos, conformados en su mayoría por
encapuchados que portan bombas molotov, cuentan con el apoyo de «médicos
voluntarios» que portan equipos de radio portátiles de onda corta, motorizados
con máquinas de altas cilindradas que movilizan a voceros y organizadores de
las acciones violentas, camionetas blindadas de último modelo que resguardan a
Guaidó, López y otros involucrados en el plan golpista como Edgar Zambrano de
Acción Democrática, Freddy Superlano, quien fue envenenado en Cúcuta por
una prostituta con la que pasó la noche en un motel mientras se intentaba invadir
a Venezuela desde la frontera colombiana y Luis Florido,
estos dos últimos miembros de la célula terrorista Voluntad Popular.
La historia que cuentan los medios es que en
«Venezuela» está en plena ejecución la «Operación
Libertad», los gobiernos que apoyan la salida antidemocrática y voceros élite
de la Casa Blanca se hacen eco del llamado de Guaidó que
pareciera disolverse a pocas horas de haberse dado con gran impacto mediático y
redifundido por sus aliados internacionales y llamados «influencers» de
redes sociales, pues lo que sucede en Altamira no es -de ninguna manera-
proporcionalmente lo que ocurre en Venezuela.
Algunas protestas focalizadas por grupos opositores
que decidieron trancar arterias viales y manifestar su posición política están
bajo el control de las fuerzas antimotines. Mientras tanto Donald Trump, su tren ejecutivo
y el alto mando militar estadounidense se encuentran a puertas cerrada para
definir el siguiente paso a seguir con respecto a sus obsesivos intereses en
Altamira, o bueno, sólo en este caso, sí vale decir sobre Venezuela.
ORLANDO RANGEL YUSTIZ /ELCIUDADANO.COM /CON EL MAZO DANDO