Hace 62 años el pueblo derrocó a la dictadura y el Pacto de Punto Fijo lo traicionó
Publicado: 23/01/2020 06:00 AM
El 23 de enero de 1958 el
pueblo logró salir de la dictadura de Marcos
Pérez Jiménez para comenzar a vivir 40 años de terror impuesto por el Pacto
de Punto Fijo y los gobiernos de derecha que protagonizaron adecos y
copeyanos.
Hace 62 años la Junta Patriótica logró aglutinar
una movilización popular que derrocó a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez;
sin embargo la vieja dirigencia política se robaría este triunfo para luego dar
surgimiento a cuatro décadas de represión, robo, engaño al pueblo y entrega de nuestras
riquezas al imperialismo estadounidense.
“El 23 de enero
en alguna ocasión fue una esperanza frustrada, que terminó enterrado en el
cementerio de la historia”, dijo el Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías, el 4 de febrero de
2001 en su programa Aló Presidente número 61.
Ese mismo día, en un
discurso que pronunció en la Plaza
Caracas, en referencia al 23 de enero de 1958 manifestó: “Claro que es una fecha que está ahí,
nadie la va a borrar. Ese día se fue el General
Pérez Jiménez y terminó el gobierno militar, la dictadura militar, eso está
escrito en las páginas de la historia, nadie lo va a borrar. Pero… ¿Qué vino
después? ¿Qué fue lo que vino después? Fue el desastre más grande de nuestras
historia, desde 1958 hasta 1998, 40 años de desastre fue lo que vino después”.
El origen de la Junta Patriótica
El 11 de junio de 1957 se
constituye la Junta
Patriótica impulsada por el líder y luchador
social Fabricio
Ojeda, integrante del partido Unión Republicana Democrática (URD).
Fundadores de esta alianza fueron inicialmente: Guillermo
García Ponce por el Partido Comunista de Venezuela (PCV), Amílcar
Gómez y José
Vicente Rangel (ambos
del URD), luego fueron incorporados Silvestre
Bucarán de la juventud de Acción Democrática (AD)
y Enrique
Aristiguieta, por el partido socialcristiano Copei.
Mientras la vieja
dirigencia de los partidos se encontraba en Nueva York, entre
ellos Rómulo
Betancourt (AD), Rafael Caldera (Copei) y Jóvito Villalba (URD),
la Junta
Patriótica organizó a los cuadros populares de cara a
las elecciones presidenciales previstas para diciembre de 1957, las cuales no
se concretaron porque Pérez Jiménez
las cambió por un plebiscito, lo que aumentó el descontento contra su régimen y
sería uno de los detonantes de los acontecimientos de enero de 1958.
El 1º de enero de 1958
comenzó con el alzamiento de un grupo de oficiales, liderados por el
coronel Hugo Trejo,
quienes planifican una rebelión militar con el fin de restituir la democracia.
Desde la madrugada, los aviones F-86 pasan
rasantes sobre Miraflores.
Por otra parte, dos unidades de tanques del Cuartel Urdaneta (Catia,
Caracas) se sublevan y parten hacia Maracay.
Los oficiales insurgentes allanaron la sede de la Seguridad Nacional y
liberaron a los presos.
A pesar de estas hazañas,
los insurgentes no logran su cometido y son detenidos, entre ellos Trejo, quien luego de
un Consejo de
Guerra pasa a retiro por insurrección militar y lo
hacen prisionero en la Cárcel
Modelo.
Luego de estos hechos,
la Junta
Patriótica junto al pueblo, continuó activa. El 10 de
enero hizo un llamado a manifestar contra la dictadura, más de 5 mil personas
se concentraron en El
Silencio, Caracas. Hubo
numerosos choques contra los cuerpos de seguridad y en la noche se desató la
lucha sin cuartel entre los habitantes de los barrios caraqueños y la policía,
recordó en 2013 el Partido
Socialista Unido de Venezuela (Psuv) en su portal web.
El 20 de enero la Junta
Patriótica impulsó una huelga de los diarios, que al
día siguiente se transformó en huelga general, las fábricas se paralizaron, el
pueblo se lanzó a las calles en actitud desafiante y la insurrección popular
comenzó su marcha indetenible. Al día siguiente, Caracas parecía
un desierto: La huelga general continuaba.
En la madrugada del 23 de enero de 1958 los oficiales progresistas de la
entonces conocidas Fuerzas
Armadas se pusieron de parte del pueblo y le dieron un
ultimátum a Pérez
Jiménez, quien hizo sus maletas y huyó rumbo a Ciudad Trujillo en República Dominicana.
Antes de subirse al avión,
un oficial le preguntó: “¿Y a quién nombramos?”, a lo que el dictador
respondió: “Miren, búsquense a Wolfgang
Larrazábal. Él es un hombre sencillo, tranquilo, simpático y el
menos complicado de todos. Nómbrenlo para que dirija una junta de gobierno. Ese
es el mejor ¡Que Dios los proteja. Adiós!”, relata José Sant Roz en
su libro El
procónsul Rómulo Betancourt.
Mientras todo esto
sucedía, en un apartamento en Nueva
York se encuentran Jaime Lusinchi y Gonzalo Barrios, este
último al conocer la noticia del derrocamiento exclamó: “Caramba, ¿a quién se le ocurre tumbar a un dictador a estas horas de
la madrugada?”, relata José
Sant Roz en el citado libro, y que reseña ensartaos.com.ve.
Tras la huída de Pérez Jiménez,
una Junta
Militar presidida por Larrazábal asumió
el poder. Los presos políticos fueron liberados y a los días y meses comenzaron
a llegar los exiliados, entre ellos Betancourt, para
inicialmente incorporarse a la política amplia de la Junta de Gobierno,
pero con una agenda propia.
La traición al pueblo
La traición al pueblo comenzó cuando la Junta
de Gobierno se abrió a las clases burguesas con la entrada de los
empresarios Eugenio Mendoza
y Blas Lamberti.
La Junta Patriótica, por su parte, estaba
decidida en su intención de mantener inquebrantable el frente de unidad
nacional que hizo posible el derrocamiento del dictador; sin embargo, no pudo
evitar que surgieran las candidaturas de Larrazábal, Caldera y
Betancourt.
Tampoco pudo evitar que el 31 de octubre de 1958,
con la anuencia del Departamento de Estado estadounidense
y la imposición de una élite política, entre los que se encontraban Rómulo
Betancourt, Gonzalo Barrios
y Raúl Leoni por AD;
por URD, Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel López Rivas;
por Copei, Rafael Caldera, Pedro del Corral y Lorenzo Fernández,
firmaron en la Quinta Punto Fijo, ubicada en la urbanización Las
Delicias de Sabana Grande, el pacto que lleva su mismo nombre.
El Pacto de Punto Fijo, donde
los firmantes acordaron la “formación de un gobierno de unidad nacional y
elaboración y aplicación de un programa mínimo común", no fue más que la continuación
del Pacto de Nueva York firmado un año antes.
Este pacto logró la exclusión de la
izquierda del juego político.
El 7 de diciembre de
1958 Betancourt (AD), Caldera (Copei)
y Larrazábal (URD,
PCV y MENI) se midieron en elecciones presidenciales resultando ganador el
adeco. Su gobierno, al igual que los que le siguieron en la época
puntofijista, se caracterizó por la tortura, violación de los derechos humanos
y persecución contra los dirigentes de izquierda.
Aquel 4 de febrero de 2001, Chávez
recordó que “el Pacto de Punto Fijo tenía todo
preparado para privatizar Petróleos de Venezuela, nada más y
nada menos que el petróleo venezolano”.
El 10 de diciembre de 2001, durante un acto con motivo del 81 aniversario de la Aviación
Militar Venezolana, Chávez expresó: “Las
clases pudientes en Venezuela se
unieron a las elites más corrompidas e inmorales que destrozaron la idea de
democracia y la esperanza democrática que surgió el 23 de enero de 1958 y
también élites militares corrompidas, sin moral, que mancharon este uniforme,
que mancharon el honor de la Fuerza Armada Bolivariana de América, se unieron élites militares, élites
políticas y élites económicas corrompidas y sin ninguna moral para lograr lo
que lograron, destrozar a la patria de Bolívar; ahí está la historia que lo
recoja con su dedo implacable”.
23 de
enero: Una victoria del pueblo
El 1 de enero de 2002, el Comandante Hugo Chávez, destacó que el primero de enero de 1958 “los jóvenes militares comandados por el Coronel Hugo Enrique Trejo hicieron una rebelión militar en esas primeras horas del año 1958. Gloria al Pueblo y a los soldados y a los revolucionarios del primero de enero, que después fueron a la acción definitiva el 23 de enero de 1958. Ahora, ese 23 de enero es un día para el pueblo. Ahora andan los adecos, ellos dicen que el 23 de enero es de ellos. Mentira. Ese fue un día del pueblo, de la Revolución y de los militares patriotas y esa fecha hay que rescatarla para el pueblo, el 23 de enero no es ningún día adeco, es un día de pueblo, de revolución y de unión cívico militar”.
YULEIDYS HERNÁNDEZ TOLEDO