Fuerzas Armadas de Colombia entre la corrupción y la barbarie II
Publicado: 22/08/2020 08:30 AM
El pasado
20 de julio Colombia celebró 208
años de su independencia, esa que les diera Bolívar al término de la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de
1819, en compañía de otros héroes. Al parecer eso no fue suficiente para que el
país andino avanzará hacia la civilización y dejará atrás la barbarie en la que
hoy está inmersa.
Esa
barbarie que se lleva por el medio los derechos humanos y la dignidad, al punto
que las víctimas se ahogan en su silencio por miedo a ser calladas para
siempre, re victimizadas una y otra vez al pasar por el triste proceso de
demostrar que dicen la verdad y ser estigmatizadas.
La
violación sexual también es un tipo de violencia política, sobre todo en
tiempos de guerra, como la que atraviesa el país neogranadino: una guerra civil
que incluye a toda la población.
Uno de los
involucrados en el conflicto es el ejército colombiano, quien lastimosamente
desvirtuó su deber de defender y cuidar a sus ciudadanos. Desde hace unos años
ha sido objeto de múltiples denuncias de maltrato, así como de estar vinculado
con el narcotráfico y violaciones de cualquier índole. Este último es uno de
los capítulos más escalofriantes que las fuerzas militares neogranadinas ha
protagonizado.
Desde hace
algunos años han sido reiteradas las denuncias de violaciones sexuales dentro y
fuera de los cuarteles colombianos a sus compañeros y civiles. El más reciente
escándalo fue el de una niña de la comunidad indígena Embera que fue violada
por siete soldados y luego falleció.
Como
consecuencia de ello, el comandante del ejército, Eduardo Zapateiro, informó
que se investigan al menos 118 casos de militares acusados de abuso sexual, de
los cuales 104 han sido separados de sus cargos en los últimos cuatro años por
parte de las Fuerzas Armadas.
Otra de las
acusaciones ocurre dentro de los cuarteles. Varias denuncias han surgido, entre
ellas las de dos soldados que aseguran ser víctimas de abuso sexual por parte
de sus compañeros de armas, hecho reseñado por el medio Rusia Today.
25 años
después sale a la luz el caso de una joven que para entonces tenía 5 años
cuando fue víctima de abuso sexual, por parte de soldados colombianos, junto a
su madre que tenía cuatro meses de gestación.
Para
engrosar la penosa lista de agredidos, están siendo investigados dos soldados
del Ejército que hacen labores en el Departamento de Nariño por abusar de dos
menores de edad.
La Fiscalía colombiana detalla, que entre 2008 y 2015 solo registran 623 casos de abusos, con apenas 11 sentencias y el 30% habrían sido cometidos por paramilitares, 18% por guerrillas y 7% por militares, entre otros grupos. Un dato destacable es que la mayoría de los abusados no denuncia por miedo a las represalias de militares de alto rango, o la puesta en duda de las autoridades.
Niñas, mujeres, hombres y soldados son parte de las estadísticas de violencia sexual por parte de un Ejército que por mucho tiempo se ha amparado en la impunidad. Como decía Bolívar: "La impunidad de los delitos hace que estos se cometan con más frecuencia: Al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos".