¿En Venezuela hay una dictadura porque pretende regular a las ONG?
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Publicado: 16/08/2024 07:00 PM
Las Organizaciones No
Gubernamentales (ONG) se han convertido en un mecanismo de invasión con la
excusa de contribuir a aliviar los problemas asistenciales, de servicios y
desarrollo social en comunidades afectadas por la explotación extranjera de sus
recursos. Es por medio de estas organizaciones que logran influir en las
comunidades y de esta forma desequilibrar la región.
De acuerdo a la naturaleza de su
creación, las ONG son organizaciones
independientes y sin ánimo de lucro que surgen a raíz de iniciativas civiles y
populares y que por lo general están vinculadas a proyectos sociales,
culturales, de desarrollo u otros que generen cambios estructurales en
determinados espacios, comunidades, regiones o países.
Sin embargo, la Universidad Nacional de la Plata publicó, en su revista Escenarios,
un artículo llamado “Nuevas formas de intervención en la actualidad: Las ONG como
estrategia” de los investigadores Agustín
Zuccaro y Mariana Santín, en el
que explican que se presentan como una nueva forma de intromisión que encuentra
su legitimidad en el terreno mediático: “Son los medios de comunicación los que
dan visibilidad a estos nuevos actores y quienes promueven el valor desmedido
para la gestión del conflicto social característico de cualquier sociedad. Son
los grandes medios de información que exponen como válidas estas formas de
participación, teniendo en cuenta que son aquellas en donde lo político pierde
su significado (pobreza, salud, educación y alimentación)”.
Añadieron los investigadores, que
son espacios donde se evita discutir lo histórico de esos problemas para
plantear que cada sujeto es artífice de su destino y en este sentido se pierde
lo social y lo colectivo como valor, dando fuerza al proyecto político del
capitalismo.
Una vez
revisado el funcionamiento de esas organizaciones en varios países del mundo y
de acuerdo a denuncias revisadas, existen muchos casos donde se evidencia la
injerencia de las ONG en las
estructuras políticas del país en donde se encuentren y que además sirven para
el lavado de dinero y financiar grupos terroristas.
Es por esto,
que se han creado Instituciones nacionales, regionales e internacionales que
permiten fiscalizar el uso de los recursos aportados para su funcionamiento.
Estructuras para la fiscalización de los recursos administrados por las
ONG
En primer lugar, se creó a la Unidad
de Inteligencia Financiera (UIF) Grupo
Egmont, que es una entidad internacional con 150 países adscritos y se
encarga de recibir los informes de sus miembros sobre operaciones sospechosas
de blanqueo de capitales que proporcionan las instituciones financieras y otras
entidades, analizarlos y transmitir tanto a las autoridades competentes, como
al servicio de justicia a las UIF de
otros países la información sobre esas operaciones, con el fin de coteja, prevenir
y combatir alguna actividad ilícita.
Como organización global,
facilita e impulsa el intercambio de información, conocimiento y cooperación
entre las UIF de los países que la
componen. Proporciona una plataforma para intercambiar de forma segura
conocimientos e inteligencia financiera.
Venezuela pertenece al Grupo
Egmont a través de la Unidad Nacional de Inteligencia Financiera
(UNIF) que procesa y analiza los Reportes
de Actividades Sospechosas (RAS) remitidos por los distintos sujetos
obligados y designados por la Ley Orgánica contra la delincuencia organizada y
financiamiento al terrorismo, con el fin de revelar al Ministerio Público y
autoridades de orden público, información que pueda evidenciar posibles hechos
punibles y la identificación de sus autores, así como la información que
requieran para realizar sus investigaciones.
De igual manera, en el ejercicio
de sus funciones procesará y revelará información estratégica de utilidad para
la oficina nacional contra la delincuencia organizada y financiamiento al
terrorismo, entes y órganos de control y el cumplimiento de los fines del
Estado en general.
Así, con el fin de garantizar el
buen uso de sus recursos y que realicen actividades asociadas a la asistencia y
desarrollo social, el Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV) presentó para primera discusión en la Asamblea Nacional el pasado 24 de enero de 2023, el proyecto de Ley de fiscalización, regularización,
actuación y financiamiento de las organizaciones no gubernamentales y afines,
que va a reforzar el sistema legal venezolano en esa materia.
Nuestro país además es miembro
del Grupo de Acción Financiera del
Caribe (GAFIC) que es una organización regional de Estados y Territorios de
la Cuenca del Caribe que han acordado poner en práctica medidas comunes contra
el lavado de dinero y la financiación al terrorismo. Desde septiembre de 2001,
ha profundizado su enfoque
en la regulación de servicios financieros y organizaciones benéficas. Para
ello, creó la Recomendación 8 en la que advertía a los países sobre la
“vulnerabilidad particular” de las ONG
para ser usadas indebidamente para recaudar, mover fondos o proporcionar apoyo
a organizaciones terroristas. Asimismo, este grupo impulsa a los países a implementar mecanismos de supervisión y regulación con
el claro objetivo de enfrentar actividades ilícitas.
Es por esto, que con el fin
fortalecer el sistema de control del uso de los recursos y su desvío para
actividades asociadas al terrorismo y blanqueo de capitales, se aprobó el
pasado jueves en el seno de la Asamblea
Nacional Constituyente (ANC), la Ley
de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las
Organizaciones No Gubernamentales y afines, con el de objeto “promover y
regular el régimen de la organización civil en Venezuela como una actividad
privada de relevancia pública, regida por los principios del derecho
venezolano. Para lo cual se establece un sistema uniforme para su creación,
registro, organización, funcionamiento, administración y desarrollo, así como
para garantizar la transparencia en su manejo económico y financiero,
incluyendo las fuentes de su financiamiento”.
La intención entonces es poder
fiscalizar y hacer seguimiento al uso de los recursos extranjeros destinados a
las ONG para que realmente se cumpla
con los preceptos descritos en sus objetivos y de esta manera, eliminar los
desvíos de fondos para el ser usados tanto en actividades de desestabilización,
como en acciones terroristas dentro de nuestro país.
AMELYREN BASABE/REDACCIÓN MAZO