Breve prontuario de las prácticas mafiosas de Banesco en el extranjero
Publicado: 07/05/2018 11:05 PM
Desde su fundación en el año
1992, el banco privado Banesco ha tenido una profusa expansión internacional.
Su nacimiento fue previo a la crisis financiera más grave de la historia
venezolana, en la cual pereció una decena de bancos privados obligando a una
reestructuración completa del sistema financiero nacional.
Rápida biografía no autorizada
El crecimiento de Banesco hasta
convertirse en el principal banco privado del país durante la primera década
del año 2000 ha sorprendido al mundo de las finanzas tanto nacional como
internacional, abundan las sospechas e interrogantes sobre si el colosal
desarrollo de esta entidad financiera ha sido en el marco de la legalidad.
Para ello basta con repasar
brevemente la historia de su dueño fundador, Juan Carlos Escotet. Su entrada en
el mundo de las finanzas vino de la mano del poderoso banquero Orlando Castro,
fue su asistente y corredor de bolsa en el momento de mayor gloria para el
empresario de origen cubano en la década de los 80.
Narra el libro del periodista
venezolano Juan Carlos Zapata, Los Midas del Valle, que Juan Carlos Escotet era
conocido dentro de los círculos de la Bolsa de Caracas como un muchacho adicto
al dinero, hábil conspirador contra bancos rivales, pero todavía sin el
suficiente capital para iniciar una carrera propia en el sistema financiero
venezolano.
Pero la desgracia de Orlando
Castro, que también fue la del Banco Latino y del resto del sistema financiero
venezolano en 1994, fue una oportunidad dorada para Escotet. En el año 1990,
con tan sólo 30 años de edad, se transformó en el presidente del Banco
República, uno de los negocios más lucrativos de Castro.
De ahí en adelante todos fueron
triunfos para Escotet, a quien se le acusa de traicionar a Castro y de jugar
muy bien sus cartas para ser el banquero promesa de Venezuela luego del
cataclismo de los años 90.
Banesco en la primera década del
nuevo siglo
La inundación de petrodólares que
trajo consigo la subida de los precios del petróleo en el transcurso de la
primera década del siglo XXI significó para Banesco una oportunidad crucial
para sentar las bases internas que darían pie a su expansión internacional en
los años por venir.
Fueron tiempos de una colosal
inversión pública en distintos sectores económicos y sociales, de una
importante reducción de los índices de pobreza y mortalidad infantil, así como
de crecimiento del consumo interno. Lo que expertos en la materia han
denominado el pago de la "deuda social" acumulada en tiempos de la
Cuarta República.
En paralelo, el esquema de
distribución de petrodólares vía control cambiario era penetrado progresivamente
por los sobrevivientes (y arribistas) de la última crisis financiera nacional,
quienes veían en la subastas realizadas por el Estado venezolano un trampolín
para la fuga de capitales, la desinversión interna y la relocalización del
dinero de la nación en negocios foráneos.
Y fue así, en el pico de la
petrobonanza, que Banesco pavimentó la fuga de capitales hacia paraísos
fiscales como República Dominicana, Colombia, Panamá, Puerto Rico y La Florida
(Estados Unidos), sitios donde año a año comenzarían a aparecer filiales de Banesco
con un capital base muy superior, como el resaltante caso de Banesco Panamá, a
bancos estadounidenses de gran trayectoria como Citibank.
La idea original del banco como
estructura nos remite a una concepción donde el pillaje y el saqueo es la ley, donde
la ética es supeditada en absoluto a la ganancia y al rédito comercial. Y es
partiendo de esa concepción inicial que Banesco ha logrado transformarse en una
gigantesco holding financiero a escala internacional. La neolengua del
emprendimiento y la habilidad de los negocios son velos, muy bien ejecutados
por Banesco, que ocultan una práctica esencialmente criminal y de despojo.
Pruebas irrefutables de una mafia
transnacional
Hasta hace pocos años el ascenso
de Banesco era presentado ante la opinión pública como una consecuencia de la
brillantez de su dueño y fundador Juan Carlos Escotet. Incluso su rápido
crecimiento internacional, aunque coincide con las épocas de mayor fuga de
capitales, se había difuminado en una asertiva campaña publicitaria que mostraba
ese resultado como producto de un innovador esquema de negocios e inversiones.
Sin embargo, en el año 2015,
Banesco Panamá recibió una multa de 614 mil dólares por violar normas de
prevención al blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. El mito
recibía su primera dosis de realidad.
La instancia encargada de imponer
la multa fue la Superintendencia de Bancos del país centroamericano, quien tras
una inspección determinó que la filial de Escotet había vulnerado la
legislación nacional al procesar fondos de dudosa procedencia y sin
notificación previa a las autoridades, lo que constituyó en ese momento un caso
de lavado de capitales.
La multa contra Banesco fue la
segunda más alta en el marco de una tanda de cinco bancos sancionados por prácticas
corruptas similares. Esta fue una de las sanciones más representativas por
parte de las autoridades panameñas en tiempos recientes, según informaron
medios locales en su momento.
Meses después se destaparía el
escándalo de los "Panamá Papers", que demostró las vulnerabilidades
del gobierno de Juan Carlos Varela para controlar el lavado de capitales y la
corrupción desbordada en el territorio que, según él, "gobierna".
Ese mismo año la filial gallega
de Banesco, Abanca, fue colocada como "objetivo prioritario" por el
Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e
Infracciones Monetarias de España (Sepblac), ante sospechas de que esta entidad
pudiera estar siendo utilizada para legitimar capitales provenientes de
Latinoamérica.
Según informó el medio El
Confidencial, Abanca entró como "objetivo prioritario" de esta unidad
de delincuencia financiera española por sospechas de que había procesado fondos
ilícitos de clientes latinoamericanos.
Abanca también estuvo vinculada a
un esquema de estafa financiera mediante al pago de bonos a supuestos
inversores que realmente formaban parte de la estructura interna del holding.
Una manipulación del sistema financiero español, puesto que la emisión de bonos
hizo retornar los intereses hacia Abanca bajo mecanismos alterados.
Este mismo medio reveló que
Abanca tenía relación con las operaciones ilícitas de la familia Ruiz-Mateos,
uno de los casos de corrupción más estremecedores de la historia contemporánea
de España. Bajo "una intrincada maraña de sociedades", según relató
El Mundo en su momento, la familia Ruiz-Mateos estafó unos 337,3 millones de
euros a más de 4 mil personas utilizando como cebo la promesa de obtener
enormes ganancias tras la inversión en un conjunto de empresas de la familia.
La saga de este caso es sumamente
larga y se extiende hacia distintas subtramas que vincularon varios pilares del
sistema político y económico español.
En marzo de 2017 el Ministerio
Fiscal de España pidió para cada uno de los familiares involucrados 16 años de
cárcel, "por considerarles autores de un complejo entramado societario,
destinado a captar fondos del público con los que poder hacer frente a los
cuantiosos gastos personales, familiares y domésticos y principalmente a los
préstamos que gravaban sus numerosas y costosas viviendas".
La vinculación de Escotet con
este escándalo supuso un enorme daño reputacional a su imagen, colocando en
tela de juicio la credibilidad de la entidad. El Confidencial informó en su
momento con respecto al caso que "la responsabilidad de las acusaciones es
ya de Abanca porque desde octubre de 2014 fusionó a Banco Etcheverría, al que
se le considera culpable y cómplice de los delitos, colaborando en la salida de
fondos de las diversas sociedades en beneficio de la familia Ruiz-Mateos".
Las revelaciones que ha traído
consigo la Operación Manos de Papel sobre Banesco en Venezuela ponen en
relieve, de forma más nítida por ser en suelo local, las prácticas corruptas y
mafiosas que forjaron la rápida expansión internacional de esta entidad
financiera privada. Lo que nunca se les podrá negar es su habilidad demostrada
en el arte de la estafa en cada sitio donde incursionaron.
MISIÓN VERDAD