Hiroshima: 70 años de cicatrices
Publicado: 06/08/2015 10:31 AM
El 06 de agosto de 1945, a las 8:15 a.m. -todavía a 600 metros del suelo- estalló la bomba estadounidense Little Boy (niñito, en español), en la ciudad japonesa de Hiroshima. Este hecho cambió para siempre el destino de la ciudad, la vida de sus habitantes, el capítulo final de la Segunda Guerra Mundial y el rumbo de la historia.
Little Boy fue lanzada desde el bombardero estadounidense B-29 Enola Gay, pilotado por el Teniente Coronel Paul Tibbets. A raíz del estallido, el 90% de la ciudad quedó destruida y se estima que 140 mil habitantes -de los 350 mil originarios- murieron, incluyendo los que sucumbieron a la fuerte exposición a la radiación hasta finales de 1945. Desde entonces, muchas personas han fallecido de leucemia (231 casos observados) y distintos cánceres (334 observados) atribuidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas. La mayoría de las muertes registradas fueron de civiles.
Existe la idea de que las bombas nucleares motivaron la rendición de Japón -el 15 de agosto del mismo año- y de que fue una decisión notificada a las ciudades niponas; esta información fue propagada por Estados Unidos (EEUU) para justificar dicha acción militar. Sin embargo, según estudios recientes, ninguna de las ciudades escogidas como objetivo de ataque nuclear fue advertida antes. Esta omisión fue deliberada para impedir que las defensas japonesas interceptaran los aviones portadores de bombas nucleares.
Tras el horror vivido en la ciudad -el radio de total destrucción fue de 1,6 kilómetros, provocando incendios en 11,4 km- las víctimas supervivientes del bombardeo fueron llamadas Hibakusha -palabra japonesa que significa persona bombardeada- y aseguraban que era una maldición. Además de las enfermedades a las que se enfrentaron, también tuvieron que lidiar con el rechazo del resto de la sociedad.